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Aves que ayuda en la caza, en Ifeja. Fotos: E. L.

Ibercaza de los animales, por una actividad cinegética más sostenible

Aves rapaces o perros adiestrados son esenciales para una caza más selectiva y natural

Sábado, 23 de septiembre 2023, 23:40

Quien «ama la caza, ama a los animales». Es la conclusión que sacan los expertos en la actividad cinegética que se encuentran este fin de semana en Ibercaza 2023, convirtiendo la capital jienense en el punto clave del sector durante la XV Feria de la Caza y la Pesca de Jaén. Aves y perros son los animales que evolucionan para ser un miembro más del cazador, para una actividad esencial para el medio ambiente, según indican desde el puesto de la Federación Andaluza de la Caza.

Carmen Sedeño y Miriam Benítez sostienen sobre sus guantes protectores a Dori (cernícala americana) y Iraila (halcón peregrino). Las dos mujeres son monitoras de la actividad 'Vuela por la naturaleza', que busca mostrar en los colegios la importante labor de la cetrería en la caza y el mundo animal.

«Es un método más sostenible, son animales que realizan una caza más selectiva, pues van a por las presas débiles, aquellas que se pueden convertir en su comida y cierran así el ciclo de la vida, donde el ser humano está de apoyo», explica Carmen Sedeño. Hay que tener en cuenta que estas aves deben ser preparadas y puede requerir hasta dos o tres años de aprendizaje para que cacen lo que se les demande. «Esto no es como tener un perro, exige más cuidados, nada que ver con tener una escopeta», indica Sedeño, y añade: «Es buscarle un bienestar diario, hay que mirar muchos factores por el animal».

Miriam Benítez y Carmen Sedeño, con Dori e Iraila.

Las profesionales en cetrería viajan a Ibercaza desde un centro de cría que tienen en Mijas, Málaga, donde reproducen las aves que venden o llevan a los centros educativos. «Cogemos el pollo a los 40 días, más o menos, para empezar a enseñarle, con paciencia», comenta Sedeño.

El tema de llegar a los jóvenes es uno de los objetivos que quieren alcanzar. «Cambiar el chip de cambiar un arma a un ave es complicado, así que vamos a los colegios para que los niños vean y vayan a casa diciendo que 'hay cosas aparte de la escopeta', que es otro método más tradicional, diferente, bonito y antiquísimo, pues llega de la época de os íberos», asegura.

La simbiosis humano-animal es «importantísima». Entre sus ejemplares cuentan con halcones que pueden llegar a volar hasta un kilómetro de altura, «con un campo de visión tan grande, ellos pueden irse si así lo quieren, por lo que es cuando se demuestra el vínculo, para que regrese».

Disfrutar como perros

También es esencial esta conexión con los cánidos. Ángel Carrasco, de 19 años, visita Ibercaza por primera vez con cuatro de los 200 perros que cuidan en la Rehala Paco Regalón, de Algallarín, en Córdoba. «De pequeño me han inculcado más el amo al campo que a la caza, por ello estudio ciclo superior de Gestión Forestal y estoy con los perros», asegura.

Las rehalas son como «un equipo de fútbol», en el que cada uno tiene su papel. Están los de 'agarre', que serían las razas PPP (perro potencialmente peligroso), que cuentan con una mandíbula fuerte, necesaria para la tarea de llevar a animales más grandes que ellos, como gamos o jabalís. Detalla que la rehala se encarga de 'empujar' a los animales de la veda hasta donde se encuentren los cazadores.

Ángel Carrasco, junto a sus perros en Ifeja.

«Es una caza más natural y sostenible, pues el animal va a la carrera, tiene oportunidad de salvarse aquellos que son más listos o fuertes, esos son los que consiguen escapar de perros y cazadores», comenta, mientras que «los débiles, con alguna cojera o enfermedades, son los que atrapan el perro, los que más pronto que tarde iban a morir y los llevan a completar el ciclo vital».

Sobre los tópicos de los cazadores y perros dice que el que abandona al animal «es porque no los quiere, aquí hay que amar a los animales». La conexión con ellos es tan fuerte que incluso disfruta de verlos ir tras la caza, «lo hacen por instinto y lo viven con muchísima intensidad».

Rehalas en Ifeja.

Cuando el perro se hace mayor y toca jubilarlo, pasa a una segunda ocupación más tranquila, ya sea como semental o en casa de sus dueños. «Tengo uno de 14 años que se encariñó conmigo, íbamos juntos a las monterías y ahí lo tengo, que está como él quiere», cuenta Carrasco, con una sonrisa.

Los perros de rehala «siempre tienen salida», ya sea como regalo para aquellos que empiezan en el sector y necesitan animales, o como acompañantes fieles de por vida. «Cazar con los perros es estar con ellos, disfrutar de la naturaleza, de los animales y el entorno, es una experiencia única», concluye.

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