
La historia de Jaén cobra vida en un desfile extraordinario
La ciudad se echa a la calle para acompañar a los 400 participantes que recrean los más de mil años de capitalidad
Los más de 35 grados que ha registrado la capital no han afectado a las ganas de los jienenses para vivir un momento histórico, de forma literal. Ha hecho falta agua, mucha agua, pero ha valido la pena. La plaza de Santa María, a los pies de la Catedral, era un impaciente hervidero de ciudadanos, deseosos por ser los primeros en ver la salida del desfile que, dentro de las fiestas de la Virgen de la Capilla, conmemora los 1.200 años de capitalidad de Jaén.
Más de 400 personas han dado luz, color y sonido a una marcha que mostró a algunos de los personajes más significativos para Jaén, desde el pasado siglo IX al XV, justo desde el 825 con Abderramán II hasta la época renacentista, en el año 1470 con Don Miguel Lucas de Iranzo, Condestable de Castilla y Alcaide de los alcázares de Jaén.
El recorrido se inició en la plaza de Santa María, donde concluiría al dar la vuelta tras descender por calle Campanas, Bernabé Soriano, plaza de la Constitución, Madre Soledad Torres Acosta, ascender por Los Jardinillos hacia Doctor Eduardo Arroyo y de vuelta a calle Campanas y la Catedral. El año 825 se mostraba con Abd Al Rahman II, Emir Omeya de Córdoba, que estuvo acompañado por una escuadra mora con capitanía y una agrupación musical que interpretó marchas moras. Le seguía una recreación musulmana, con soldados que dieron la bienvenida al emir Abderramán II y su numeroso y colorido séquito.
Grandes y pequeños esperaban con interés el avance del desfile. Palomitas y botella de agua en mano, observaban la llegada de soldados y bailarinas, con sugerentes danzas que cautivaban a su pasar. Los militares realizaban ejercicios de táctica ante los ciudadanos y se mostraban agresivos, hasta feroces, con el rostro cubierto y tras sus escudos.
Para esta recreación musulmana cabe destacar la participación de integrantes de la comparsa de Moros y Cristianos de Cúllar- Baza de Granada. El desfile también contó con la implicación y colaboración de otras asociaciones de distintas localidades, como la de Fiestas Calatravas de Alcaudete y la organización Cadyra, o las Fiestas Medievales de Sabiote con su grupo de teatro Veraim. Sin olvidar al grupo de teatro de Valdepeñas de Jaén con sus Fiestas Realengas.
La época musulmana continuó con una recreación del siglo XIII presentada por soldados musulmanes amenizados por música y danza. Así, un grupo de percusión y un ballet árabe dio paso a la realeza con la presencia del Rey Al-Hamar, su esposa, Imán y el séquito. Asimismo, el rey Alhamar y su séquito estuvo representado por tres asociaciones de Arjona, la Asociación de Mujeres Zaida, la Asociación de Fibromialgia de Arjona y la Asociación Grupo Solidario con un total de 35 personas.
Una escuadra cristiana siguió por el recorrido, con música que acompañaba su época. Se mostraba una entrada triunfal en la ciudad, con la simulación de un pueblo de inspiración rural. Le seguían soldados de la Cruzada con percusionistas y un grupo de arqueros que interactuaron con el público. Los aldeanos, de dientes negros y risa fácil, hicieron la delicia de los espectadores, con bromas de un ciego y su lazarillo que iban de un lado a otro, haciendo chascarrillos con la gente.
La entrada triunfal del Rey Fernando III a Jaén estuvo acompañada por un ballet de caballeros cristianos abanderados con música y volteo de banderas, anunciando la llegada del monarca, junto a su esposa la reina Juana, el obispo Jiménez de Rada, el escribano, monjes y soldados de escolta. Se oía un «¡viva el rey!» a su paso junto a la Catedral.
Para cerrar la comitiva, un grupo de músicos con instrumentos renacentistas y figurantes de esta época precedían al Condestable y a su esposa, dando por concluido un desfile de pura historia.
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