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Buen ambiente de baile en una de las casetas de La Vestida.

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Buen ambiente de baile en una de las casetas de La Vestida. POVEDA

La feria se llena de ausencias

La jornada de luto oficial que vivió ayer Jaén por la muerte de Marina Montes también se notó en La Vestida, con varias casetas con crespones negros, la agenda institucional suspendida y muchos recuerdos y emociones

JUAN ESTEBAN POVEDA

JAÉN

Jueves, 1 de enero 1970

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María, Maite, Juani y Nela lucían radiantes con sus vestidos de faralaes, sus volantes y sus flores en el pelo. Los platos vacíos en su mesa en la caseta de La Amargura daban fe de la buena comida que compartían. El ambiente era excelente, la temperatura ideal, el sol espléndido. Pero la tarde no acababa de remontar. Sí pero no. El día tenía un halo de tristeza, una pena que aparecía por momentos. «Nos acordamos mucho de ella», admitían al fin. Y exhibían los mensajes que les llegaban a los móviles, con fotos de una chica guapa, de pelo largo, brillante mirada y perenne sonrisa. Fotos de Marina Montes Martínez, la joven de 20 años atropellada mortalmente por un conductor bebido en un caso que ha estremecido a todo Jaén y que fue enterrada ayer. Su ausencia ayer se palpaba.

A Alfonso, un recio hombretón que atendía la barra de la caseta de la Clemencia, se le hacía un nudo en la garganta y se le aguachinaban los ojos para hablar de Marina, a la que conocía desde chica. «Venía mucho a esta caseta de su cofradía, siempre con tantísimos amigos, rodeada de gente, querida por todo el mundo. Y también con sus padres. Ese día precisamente sus padres estuvieron aquí comiendo con amigos, y se fueron por la tarde, a esperar a que Marina saliese del trabajo. Esperándola se quedaron», se lamentaba. La imagen María Santísima del Mayor Dolor que preside la caseta lucía ayer crespón negro, pues Marina sufría y disfrutaba llevándola, en las trabajaderas, como costalera del tercer turno del paso. «Este Martes Santo se nos va a hacer muy duro a todos», indicaba Alfonso.

No muy lejos está la caseta del Rocío, otra de las cofradías vinculadas íntimamente a Marina. Desde hacía varios años cantaba en el coro. La imagen de la Virgen que está en un lugar destacado de la caseta también estaba ayer de luto, con crespón negro. Araceli estaba allí comiendo con su familia y amigos. «Somos de los pocos de la cofradía que estamos hoy en la feria. Prácticamente todo el mundo está arriba, para el funeral. Una chica magnífica, trabajadora, implicada con la cofradía y siempre alegre», indicaban. El mundo rociero, la Clemencia, San Roque ... Jaén lloraba ayer la ausencia de Marina.

La feria es tiempo de reencuentros y de celebraciones, pero también es uno de esos momentos en los que las ausencias se hacen más patentes. Un familiar que ya no está, un pariente que se encuentra lejos ... Estaba ayer Jaén de luto, añorando a los que faltan, mientras se celebraba el funeral en San Roque.

Las primeras horas de la tarde de ayer fueron una pura ausencia en buena parte del recinto ferial. Ni el buen tiempo sirvió para sostener la hora del almuerzo, más allá de algunas casetas que todos los días tienen las mesas ocupadas. Ni siquiera la certeza de que bajar a comer hoy, día de San Lucas, sería una heroicidad por la amenaza de lluvia, animó a muchos jienenses a lanzarse a la feria en esas primeras horas.

Estaba previsto que ayer fuera un día de intensa actividad política en el ferial. Sin embargo, ante el luto institucional decretado por el Ayuntamiento, ni Juanma Moreno (PP) ni Juan Marín (Ciudadanos) tuvieron actividad pública en La Vestida tal y habían programado para estos primeros días de precampaña. Sí se dejó ver el consejero Felipe López, a título particular y como invitado en algunas casetas, junto a la delegada del Gobierno, Ana Cobo, el delegado de Fomento, José Manuel Higueras, o el candidato Julio Millán. El PSOE suspendió su tradicional convivencia con medios y cuadros orgánicos e institucionales del partido (alcaldes, secretarios generales, ejecutiva provincial, parlamentarios...) que suele ser uno de los platos fuertes informativos en la feria, cocedero de noticias todos los años. Ayer, sin embargo, no había ganas ni ánimos para esas celebraciones políticas. También a título particular estaban en por el ferial el alcalde de Martos, Víctor Torres, o el diputado Pedro Bruno, compartiendo momentos con otros cargos y amigos.

En la caseta La Venia era el día de los Jóvenes Abogados, una asociación que tiene una intensa vida con la presidencia de Alfonso Montiel, y que contó con el respaldo del decano, Vicente Oya, mientras que en el Albero los procuradores celebraban convivencia con su decano, José Ramón Carrasco, los magistrados Rafael Morales y María Esperanza Pérez Espino o el juez Raúl Calderón como invitados. En la caseta del Búho la Asociación de Jóvenes Empresarios, AJE, Miguel Ángel García Barroso, hacía de anfitrión en una concurrida jornada.

Corría la tarde y la feria se venía arriba, como corresponde a víspera de festivo. Familias con niños que iban a los cacharricos, un interminable reguero de jóvenes que marchaba cargado de bolsas hacia el corral del botellón, grupos de amigos con camisetas amarillas que iban a la previa del partido del Jaén Paraíso Interior ... Las casetas de baile y copeteo iban cogiendo temperatura, a pesar de las ausencias.

María, por ejemplo, echaba de menos a su hija Cristina, de 28 años y que trabaja actualmente en Málaga. «Con lo que ella le gusta la feria, que la abría el primer día y la cerraba el último», añoraba. A Maite le faltaba su hijo Jorge, que está estudiando en Jerez de la Frontera, y que no se ha podido escapar este año pese a que es incondicional de las fiestas sanluqueñas. A Juani esta feria no le sabe igual que las de antaño sin sus suegros Francisco y Maruchi, en otros tiempos el alma de las fiestas y hoy ya muy mayores para tantos trajines. Nela tuvo un recuerdo para su padre, Francisco, fallecido hace dos años con el que tantos años fue a las casetas. «Le gustaban los pasodobles», comentaba. Esas eran sus penas. Y Marina. A ellas también les dolía Marina. Como a todo Jaén, que ayer lloró su ausencia.

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