Los embalses de Jaén están a un tercio de su capacidad, pero crecen un 50% respecto a 2023

En concreto, el total de agua almacenada en la actualidad asciende a 754 hectómetros cúbicos, cuando la capacidad total se encuentra alrededor de los 2.307, repartidos entre 12 embalses, según la información hecha pública por la Conferencia Hidrográfica del Guadalquivir.

La época de verano es en la que se produce una mayor pérdida de agua, tanto por el desembalse como por la evaporación de este líquido, más codiciado que el oro. Así por ejemplo, a martes 26 los embalses habían perdido 37 hectómetros cúbicos en una semana; una caída del 1,57% del total.

Los datos son aún más preocupantes si se analiza el verano. Al finalizar el mes de mayo los embalses estaban al 45% de su capacidad, con 1.043 hectómetros cúbicos de agua. Esto supone que en 60 días las reservas han disminuido un 27%, más de un cuarto de su volumen.

Las peores situaciones se dan en los embalses más grandes. Por ejemplo, el de Tranco de Beas, el mayor de la provincia con una capacidad de 505 hectómetros cúbicos, se encuentra al 24%. Situación más alarmante es el del embalse del Giribaile, que a pesar de ser el segundo más grande, registra el segundo peor dato de toda Jaén, con un alarmante 16,46%, y muy cerca del último, el del Guadalén, con tan solo un 16,28% del volumen máximo.

En mejor situación están los embalses más pequeños como el de la Fernandina, con capacidad de 247 hectómetros cúbicos, se sitúa en el 38%. El dato más positivo es el del pantano del Rumblar, que es el único con un volumen mayor a 100, en concreto 140, que supera la mitad de capacidad máxima, con un 63,83%.

Hay datos positivos. Las lluvias de los primeros meses han conseguido mejorar los registros de 2023, cuando se sufrió una terrible sequía que llegó a provocar restricciones en algunos municipios. El volumen de agua almacenada ha crecido un 56% respecto al año anterior, que cerró agosto con 482 hectómetros cúbicos y la capacidad al 21%.

Aún así, este incremento no ha conseguido equiparar la situación a la de los últimos diez años. Según el portal Embalses.net, el volumen medio de los embalses en estas fechas se sitúa alrededor de los 920 hectómetros cúbicos, lo que supone una caída en 2024 del 18% y una diferencia de siete puntos porcentuales.

Lo cierto es que es habitual que durante el verano el consumo de agua se eleve de manera significativa con respecto al invierno, ya sea por el incremento de la actividad turística, la necesidad de ducharse más veces al día o el llenado de piscinas, entre otras razones. El Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática recoge estos datos de uso de agua en su Encuesta de Infraestructura y Equipamientos Locales, que en su última edición cifra esta brecha de consumo en los 39,1 puntos porcentuales.

La primera razón es el campo, ya que en verano las campañas de riego agrícola son más intensivas y esta actividad se estima que consume el 70-75% del agua a nivel nacional, según Suez España, entidad que agrupa empresas dedicadas al ciclo integral del agua y al medio ambiente.

El otro factor, aunque menos determinante en Jaén, es el turismo. La Organización Mundial del Turismo sitúa entorno a los 400 litros diarios el gasto que realizan los viajeros, mientras el de un ciudadano es de 132, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.