Egipto deporta a una activista jienense que iba a participar en la Marcha Mundial a Gaza
Ronte Alonso, artesana de Quesada, fue retenida en el aeropuerto de El Cairo junto a un grupo internacional de pacifistas
Varias decenas de activistas de diferentes nacionalidades que pretendían participar en la Marcha Mundial a Gaza han sido retenidos en el aeropuerto de El Cairo y expulsados del país. Entre ellos, la jiennense Ronte Alonso Pereda, vecina de Quesada, que viajaba con la intención de llegar al paso de Rafah, en la frontera con la Franja de Gaza, el 15 de junio, y presionar a las autoridades egipcias para permitir la apertura del paso fronterizo.
Ronte partió desde Madrid y fue detenida nada más aterrizar en El Cairo. «No nos dejaron salir del aeropuerto. Nos requisaron los móviles y nos metieron en un calabozo. Estábamos hacinados», explica. Durante su retención, no se les permitió contactar con abogados ni comunicarse con el exterior. Según fuentes aeroportuarias citadas por la agencia Reuters, alrededor de 170 extranjeros fueron deportados la misma mañana.
«Éramos realistas. La idea era llegar a Rafah con todos los permisos en regla», cuenta Ronte, cansada del largo viaje. «Queríamos visibilizar con nuestra presencia la situación en la zona, ante la total inacción de nuestros gobiernos». La Marcha Mundial a Gaza se define como un movimiento pacífico. Entre sus principios se destaca que sus miembros «no forzarán ninguna barrera ni frontera». Según un comunicado reciente de la organización, se habían cumplido todos los requisitos exigidos por Egipto. «Durante los dos meses previos, los organizadores se coordinaron con embajadas egipcias en más de quince países y con el Ministerio de Asuntos Exteriores para garantizar la transparencia en cada etapa del proceso», indicaron a Reuters, reclamando la liberación de todos los detenidos.
«Luchar contra este genocidio es luchar por la humanidad»
Ronte Alonso
Activista
«La Marcha es una respuesta de la sociedad civil mundial ante la pasividad de los gobiernos frente al genocidio en Gaza», afirma Ronte desde el aeropuerto de Barajas, recién llegada de El Cairo. «Queríamos estar en la frontera para facilitar la entrada de ayuda humanitaria y frenar la masacre del pueblo palestino». Indignada, lamenta haberse sentido intimidada y abandonada por la embajada española, aunque reconoce: «Sabíamos que, siendo europeos, no nos iba a pasar nada grave». Aun así, insiste: «Ha merecido la pena si hoy se habla de Gaza».
Aunque no ha podido llegar a su destino, Ronte subraya que la Marcha Global por Gaza continúa: «Se construye también desde las movilizaciones en todo el mundo. Donar a ONG que están sobre el terreno, descargar aplicaciones como 'No Thanks'—que permite identificar productos israelíes—, participar en charlas universitarias o manifestaciones... Hay mil formas de actuar contra la violencia que sufre el pueblo palestino». La sociedad civil, concluye, «tiene mucho poder y debemos usarlo. Luchar contra este genocidio es luchar por la humanidad».
Ronte Alonso es artesana del esparto y tiene un taller en Quesada. Está casada y tiene dos hijos. Conoció la iniciativa de la Marcha Mundial a Gaza por redes sociales. «En cuanto vi que organizaban el viaje, compré el billete sin dudarlo».
Su mensaje final es claro: «Pido a todo el mundo que se movilice, que escriba a sus representantes políticos, que salga a la calle. Esto no va de ideologías, va de humanidad».
Para el 14 de junio hay convocadas marchas de apoyo del Pueblo Palestino en varias ciudades de España.
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