Comerciante, una profesión de riesgo
Líneas discontinuas ·
Hay días que el centro de Jaén parece una ciudad fantasma. Sobre todo los días festivos que hace mal tiempo, que los vecinos se refugian en sus casas y que las terrazas de los bares prefieren estar recogidas. Pero la sensación de vacío, de soledad, lo proporciona la hilera de comercios con el cartel de se alquila, se vende o se traspasa. Establecimientos que en su día aportaron color, luz y vida ahora solo transmiten preocupación: la ciudad se nos va de las manos. Agudo y Medina reflexionan sobre el Jaén huérfano de comercio, frustrado por la falta de negocio, unido a la memoria sentimental de cada uno
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