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La plaza de Santa María, en una imagen de archivo, donde los visitantes buscan guarecerse del calor. e. l.
La ola de calor fuerza a adelantar en Jaén las medidas preventivas del verano

La ola de calor fuerza a adelantar en Jaén las medidas preventivas del verano

Trabajadores del sector del campo, la enseñanza o de la construcción, entre otros, se protegen ante la subida de temperaturas

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Viernes, 20 de mayo 2022, 23:43

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aén. Cinco de la tarde. El termómetro frente al centro de salud Virgen de la Capilla marca 40 grados. Uno de los empleados que vigila la zona azul se guarece del intenso sol en la sombra de un portal, los camareros sirven café con hielo a los pocos clientes que prefieren terraza al fresco interior y los operarios de la obra en la calle Navas de Tolosa no cesan en su tarea. La ola de calor que asfixia Andalucía y, en concreto, la provincia de Jaén, se convirtió en el centro de las conversaciones, así como en una preocupación para los trabajadores. Porque las medidas que se suelen tomar en los meses de julio y agosto se tienen que adelantar a la fuerza ante el imprevisto del alza de las temperaturas.

Deshidratación, insolación, golpes de calor, entre otros, son algunas de las consecuencias de permanecer sin protección en las horas del día centrales. Así alertan desde los sindicatos, y los cursos informativos de las medidas de prevención de riesgos laborales que se dan durante el año en semanas como esta ven sus frutos.

Normalmente, es en verano cuando se toman medidas más drásticas, pero la situación meteorológica obliga a que se adelante el planteamiento. «El cambio climático es una realidad, lo estamos viendo cada año, que el calor empieza antes y se va más tarde, con estas olas como la que sufrimos ahora y con varios días y semanas en las que hay que tomar más precauciones», explicó Juan Jumillas, miembro de la gestora de la unión provincial de Comisiones Obreras y experto en Salud Laboral.

Recordó que en sectores como la construcción en estas fechas todavía no se entra en la jornada intensiva, que es una de las «medidas más grandes» relativas a las temperaturas en el mundo laboral. Aun así, a los trabajadores se les ofrecen las soluciones más clásicas, como es mantenerse a la sombra lo máximo posible, tomar más agua, usar protección solar, «que es importantísimo», y ponerse gafas de sol «que son las grandes olvidadas».

«El cambio climático es una realidad, lo estamos viendo cada año, pues el calor empieza antes y se va más tarde»

«Son consejos que se dan a menudo desde prevención laboral, pero que ahora tienen más relevancia para la protección de los trabajadores», destacó Jumillas, y es que «al cuerpo no le da tiempo a adaptarse al calor, la subida es en muy pocos días», lo cual puede ser «peligroso».

Jardinería, limpieza o construcción, entre otros, son sectores especialmente afectados, aunque lo nota «cualquier trabajo expuesto al sol» o, también, aquellos que se encuentran en lugares sin una adecuada ventilación y sufren altas temperaturas.

Transportistas y profesores

Los transportista son, asimismo, víctimas del insufrible calor. «Madrugamos mucho para terminar pronto, por la tarde sería imposible», relata Santiago Zafra, transportista. Él y otro compañero se encargan del reparto de huevos frescos con su vehículo. «Llegamos, dejamos los huevos y nos vamos», explicó, pues el riesgo de dejar el vehículo expuesto bajo el sol más de unos minutos aumenta estos días. Contaba cómo hay compañeros que deben trabajar de tarde y la situación se complica. «En el coche o el camión se está bien con el aire acondicionado, no queda otra que hidratarse, usar la gorrilla y aparcar en sombra, pero no siempre se puede», comentó.

Eva Sánchez, al frente de una empresa de cerezas ecológicas en Torres, también adelante el horario de trabajo, «no queda otra». «Al menos las cerezas están bien, verdes, pero si hubieran estado más maduras, el sol les habría afectado bastante», concretó. Y es que hasta dentro de diez días no empiezan con la recolección, aunque entonces el tiempo se acelera y no les quedará más que trabajar con rapidez ante el temor de más olas de calor, lo cual sería terrible para la cosecha. «Empezamos a las siete de la mañana y para las doce tenemos que tenerlo todo hecho, o sería insoportable», aseguró.

Del campo a la ciudad, grandes y pequeños buscan formas de aguantar estos días de termómetros de 40 grados y más. A las puertas del colegio Alcalá Venceslada, madres y padres comparten su preocupación por las altas temperaturas y desde la dirección del centro se dan indicaciones para el profesorado.

«Unos niños se enfadaron conmigo porque no les dejé jugar al fútbol», contaba la directora del colegio, Libertad López. Y es que los más jóvenes no llegan a ser conscientes del riesgo del calor. «Ellos tienen mucha energía y quieren correr y jugar, porque al momento se encuentran bien, el problema es después», comentó.

En este y otros colegios e institutos de capital y provincia se aplican ya las medidas propias de verano, «las que solemos poner para finales del curso y cada vez adelantamos más». Buscar la sombra, evitar el esfuerzo, beber mucha agua, alejarse del sol en el recreo y suavizar la clase de educación física, entre otros, son los básicos de la supervivencia, más comunes en agosto y que de golpe se aplican aún en primavera.

«Al menos, por ahora no se han calentado mucho las aulas y siguen frescas, habrá que ver qué sucede según avanzan los días y el calor», afirmó López, pues el aire acondicionado no va bien, deben revisar los filtros y todavía no tienen claro si se pueden utilizar debido a la covid. Mientras tanto, solo queda «aplicar el sentido común», dijo.

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