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Gaspar lanzando caramelos en la plaza de Santa María, con la Catedral de fondo.

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Gaspar lanzando caramelos en la plaza de Santa María, con la Catedral de fondo. L. CÁDIZ

Una cabalgata con magia y sin lluvia

El desfile se inició puntual y avanzó a un ritmo considerable para tratar de evitar el mal tiempo, pero al final la tarde estuvo tranquila | La visita de los Reyes Magos fue un éxito, no solo repartieron caramelos, también consejos

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Sábado, 6 de enero 2018, 02:04

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El viaje es largo y se hace duro. Ir en camello tantos y tantos kilómetros no es un trabajo fácil. Ser Rey Mago también tiene sus inconvenientes, pero es un trabajo en el que las ventajas ganan por goleada. Y si no que se lo digan a Baltasar, cuya sonrisa ayer brillaba incluso más que la de los niños a los que iba repartiendo sonrisas, caricias, caramelos y consejos, muchos consejos.

«¿Comes fruta? ¿Y verdura, comes verdura? Hay que comer mucha fruta y mucha verdura, eso es muy importante» «Hay que acostarse pronto por las noches» y «hay que ser bueno», les decía a los niños que acudieron por la mañana a ver a los Reyes Magos a la plaza de Santa María. Los pequeños se le quedaban mirando con cara de no saber muy bien qué decir, porque no era el día de meter la pata.

El primer niño que esperaba en la cola para verlos de cerca había llegado a la plaza a las ocho y media de la mañana. Los Reyes no comenzaron a recibir niños hasta las once y media, después de haber visitado la Catedral y besado al Niño Jesús, y a los otros muchos niños, que con 'pase VIP' esperaban dentro del templo de Vandelvira.

«Gaspar, hemos llegado a las ocho y media, hemos sido los más madrugadores», le contaba su madre a cada uno de los reyes y todos se quedaron admirados por el madrugón del pequeño.

Si hoy es un día mágico, porque es el día para jugar con todos los regalos que han dejado Sus Majestades de Oriente, ayer lo fue todavía más. Es el día de la espera, de la emoción de los nervios. Miles de niños, acompañados de sus familias, se agolparon ayer en las aceras desde la plaza de Santa María hasta el final del Gran Eje, siguiendo el recorrido de la cabalgata, que comenzó con puntualidad, a las cinco y media de la tarde.

Sin prisa pero sin pausa

Solo un día antes, el Ayuntamiento había decidido adelantarla a esa hora en lugar de a las siete, como estaba prevista inicialmente. Todo para evitar las previsiones de lluvia para última hora de la tarde en la ciudad. Siguiendo ese mismo propósito, la cabalgata fue más ligera que de costumbre y finalmente pudo completar su recorrido sin incidencias y sin que la lluvia hiciera acto de presencia.

Los personajes de fantasía, con clásicos como la Sirenita, el Rey León, La Bella y la Bestia o Frozen fueron los protagonistas de una cabalgata muy divertida y en la que hubo caramelos para todos. Parecía que más que otros años. No faltaron los que esperaban con los paraguas abiertos del revés.

Los niños y los mayores se lanzaban al suelo cada vez que caían los caramelos, pero tal y como el Ayuntamiento había anunciado, el personal que estaba de guardia para evitar cualquier tipo de percance, era considerable. Acompañando a cada carroza, a un lado y al otro, iban voluntarios de Protección Civil y personal de coordinación de la cabalgata.

Una vez que todo terminó, solo quedaba seguir el consejo del Rey más parlanchín de este año, el Rey Baltasar. Irse a la cama pronto y esperar a que lleguen los regalos.

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