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Barbos muertos por falta de caudal en el río Guadalbullón a su paso por Puente Tablas. LIÉBANA
La CHG anuncia la retirada de los peces muertos en el cauce seco del Guadalbullón

La CHG anuncia la retirada de los peces muertos en el cauce seco del Guadalbullón

La Confederación Hidrográfica elaborará un informe sobre posibles medidas y los vecinos de Puente Tablas empiezan a percibir malos olores

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Jueves, 24 de agosto 2017, 00:37

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Pese a ser agosto, tras la visita a la zona de agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, fuentes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) informaron ayer que retirará los peces muertos aparecidos en el río Guadalbullón, a su paso por el núcleo jienense de Puente Tablas, y que elaborará un informe para analizar qué medidas podrían tomar para tratar de evitar que esta situación se repita.

Las citadas fuentes indicaron que la muerte de los peces - barbos de varios kilos y carpas - «es consecuencia de la sequía», que ha dejado el cauce prácticamente seco, sin que en la actualidad corra el agua y solo hay charcos aislados donde los peces agonizan cuando se acaba el oxígeno o se secan del todo.

Río sin regulación

«La guardería fluvial de la confederación está retirando peces muertos y va a hacer un informe para ver qué medidas se puede tomar», explicaron las citadas fuentes, que aludieron a la «dificultad» que supone el hecho de que el Guadalbullón sea un río sin posibilidad de regulación, es decir, sin presas de las que soltar agua para garantizar un caudal mínimo, por lo que el agua que suele llevar es únicamente de las precipitaciones.

Agentes de Seprona se desplazaron el lunes a la zona en la que han aparecido los peces muertos y constataron que no hay vertidos y que su muerte se debe a la falta de agua en el cauce del Guadalbullón.

Los vecinos del Puente Tablas más próximos al lugar empiezan a percibir el malo olor de los cuerpos de los peces en descomposición, según informaron ayer.

Ecologistas

Por su parte, el grupo ecologista GEA indicó ayer que ha registrado sendos escritos en la Subdelegación del Gobierno central y en la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía en la provincia de Jaén, en los que solicita información sobre esta mortandad de peces.

En concreto, pregunta: «¿Se ha realizado alguna investigación sobre la causa de esta mortandad masiva? Aparentemente parece ser falta de oxígeno en el agua, pero ¿han verificado si puede ser algún tipo de intoxicación por vertidos o contaminación difusa? ¿Se ha gestionado correctamente el caudal del río, o es posible que haya habido alguna sobrexplotación por captaciones abusivas? ¿Qué medidas va a tomar ante este hecho? ¿Van a retirar los cuerpos muertos para evitar problemas de salud pública? En este sentido, si fuese necesario nos ofrecemos a ayudar en esta tarea», indicó su portavoz, Manuel Ruiz Torres.

El pasado lunes, Ecologistas en Acción en Jaén solicitó a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que se tomen medidas para garantizar «un caudal mínimo ecológico» en el río Guadalbullón

Su portavoz, Javier Ramírez, recordó que en los meses de marzo y abril realizaron ya «una denuncia a la Confederación y en el Seprona porque un poco más abajo, a la altura del Cadimo, el río bajaba seco ya en esa fecha».

Regadíos

El portavoz lamentó que «no se respeta un caudal mínimo ecológico» y explicó que, junto a la escasez de precipitaciones en el último año, especialmente agudizada con un verano seco y de altas temperaturas como este, existe la «contaminación fruto de todas las zonas residenciales, que vierten de manera irregular al cauce» aguas residuales.

Ambos grupos ecologistas han hecho mención a que los riegos y otras captaciones de agua pueden haber contribuido a que el río se haya secado, en un año ya de por sí sin apenas precipitaciones. «No hay agua para regar todo lo que se quiere regar», apuntó Ecologistas en Acción.

«Es un problema muy grave - añadió - y más en un año de sequía. Y eso tienen que tenerlo en cuenta las administraciones, no se puede ir haciendo campos de riego sabiendo que en un año de sequía no hay agua para todos», comentó Javier Ramírez, poniendo de relieve «el daño que se provoca a los ecosistemas acuáticos, que son muy sensibles».

El portavoz subrayó que se trata de una «debacle ecológica», pero también «económica y social», ya que «la gente invierte en esas instalaciones y precisamente el año que necesitan agua no pueden regar». En este sentido, defendió que «las administraciones deben de regular sus previsiones de riego en base a los años de sequía», además de concienciar de que «todo el mundo no puede tener riego».

Ramírez se refirió en concreto a la CHG: «La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir es la que tenía que articular la manera de que no ocurra esto, que exista un cauce mínimo ecológico, que se puede conseguir. Ha intentado regularlo, pero se ve que con poco éxito».

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