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Jueves, 12 de enero 2017, 13:16
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Les reunieron en el Colegio Público Santo Tomás de Jaén. Les dieron trajes de pajes, osos o personajes de la Patrulla Canina, dejaron allí sus pertenencias y se dirigieron a la tradicional cabalgata de Reyes. Tras las tres horas que aproximadamente duró, aquel grupo de «unas 60 personas» debía regresar al colegio, donde tenían sus objetos personales. Y debían hacerlo en algún vehículo, ya que se encontraban en la rotonda del Supercor del Gran Eje, donde finalizó la cabalgata. Pero no imaginaban que lo harían como lo hicieron: en la parte trasera de un camión.
«Nos metieron a todos de pie en la parte de atrás. Íbamos con los trajes puestos, de Pocoyó o de árbol de Navidad, por ejemplo. El vehículo iba rápido, frenaba bruscamente y estábamos muy agobiados. Como en la rotonda donde ahora está la Agencia Tributaria había Policía Local, nos avisaron de que bajáramos la voz para que no nos descubrieran», señala Sandra Pérez nombre ficticio.
Pablo tampoco quiere que se conozca su identidad. Ni la de su novia, que sufrió un ataque de pánico durante el traslado. «Decían que iban a ir con cuidado pero iban muy rápido, sobre todo en las curvas. Por supuesto, sin medidas de seguridad, todos pegados. A mi novia le dio un ataque de pánico porque tenía miedo de que a su hermana la aplastaran, además de porque podíamos hacerle daño a los que estaban detrás de nosotros por pisarles», destaca el joven, que incide en que no se quejaron porque querían «irse a casa rápido», ya que estaban cansados tras la jornada.
Les citaron a las 16:00 y aquello ocurrió "en torno a las 23:45", por lo que sólo querían descansar y olvidar que, por una noche, habían sido trasladados como ganado en un camión.
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