Edición

Borrar
Los monos de El Libro de la Selva fueron de lo más animado de la cabalgata.
Nervios y emoción ante la noche más mágica

Nervios y emoción ante la noche más mágica

Ilusión por ver a los Reyes Magos y una lucha constante por coger caramelos en una cabalgata llena de color

Laura Velasco

Viernes, 6 de enero 2017, 03:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Manuel estaba preocupado. Si los Reyes Magos estaban paseando por las calles de Jaén, podían cansarse. «No se saltarán nuestra casa, ¿no? Bueno, de todas formas les hemos dejado ya agua y mantecados, por si llegan cansados de la cabalgata», le comentaba a su madre. La inocencia de uno de los cientos de niños que ayer salieron a la calle a disfrutar de los Reyes Magos, los caramelos, los personajes de sus series favoritas, la música y la animación.

Las calles de la capital se llenaron de la más tierna infancia, y además desde bien temprano. Por la mañana muchos se acercaron a saludar a Sus Majestades en el Ayuntamiento, formándose una larga cola durante toda la mañana que apuntaba a una larga espera. No les importó. Cientos de familias se acercaron a hacer los últimos encargos, recordar lo buenos que han sido y sacarse fotografías con los protagonistas de la noche más mágica del año, los tres Reyes Magos.

Y fieles a ellos, desde las 18:00 de la tarde ya empezaron a coger sitio los primeros asistentes. Pasadas las 19:00 dio comienzo el espectáculo. Si hubo algo que se repitió durante las tres horas que aproximadamente duró la cabalgata, fueron las caras de asombro, ilusión y nervios de los presentes. Y algún susto, ya que la Cruz Roja informó de que dos pequeños se perdieron en la Avenida de Madrid, aunque finalmente aparecieron.

Se hizo difícil coger caramelos. La multitud se lanzaba a la caza de estos cuando cualquier paje arrojaba un puñado. Algunos se fueron con bolsas llenas, a otros les bastaron los bolsillos. También los hubo que fueron más allá y llevaron consigo un paraguas, inteligente jugada que dejaba atónitos a los que se encontraban alrededor. No podían competir con eso, claro.

Sus Majestades se hicieron de rogar -la velocidad de la cabalgata fue algo lenta-, pero no defraudaron. Aunque hay algo diferente con respecto a las que se celebraban hace años. Hay algo que llama más la atención de los pequeños que los propios Reyes Magos: los personajes de sus series y películas favoritas. Los padres no se pudieron resistirse a fotografiarles con Peppa Pig, Mickey Mouse o las princesas Disney. Quizás se llevó la palma la tan de moda Patrulla Canina. «¡Ahí vienen, ahí vienen! ¡Son ellos!», gritaban. Ver tan de cerca a los que les acompañan durante tantas tardes se les hacía raro. Los monos de El Libro de la Selva, por su parte, interactuaron con los niños, bailaron y realizaron acrobacias, siendo unos de los más animados del espectáculo.

En definitiva, una tarde-noche llena de emociones. La única preocupación: no estar seguros de haberse portado lo suficientemente bien. De todas formas, no habrán tenido que esperar mucho. Para estas horas ya sabrán la respuesta, a juzgar por los regalos que hayan encontrado debajo del árbol.

Por lo demás, las familias y en especial los niños, disfrutaron de la noche más mágica del año. Una noche que da paso, inevitablemente, al final de la Navidad.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios