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Juan Lanzas, en el banquillo por delitos societarios en una cooperativa

El considerado como el "conseguidor" de los ERE, en libertad bajo fianza desde noviembre de 2013, ha llegado a los juzgados increpado por los gritos de 'Chorizo, chorizo'

europa press

Martes, 12 de mayo 2015, 14:08

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Juan Lanzas, considerado como el "conseguidor" en la trama de los ERE fraudulentos, se ha sentado en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 3 acusado de delitos societarios en la cooperativa aceitera de su pueblo, Albanchez de Mágina (Jaén), donde le denunciaron, según recoge el fiscal, por incluir en la contabilidad de la cooperativa que presidía "una serie de gastos por bienes y servicios de los cuales fue el único beneficiario".

En concreto, el Ministerio Público le acusa de haber pasado por la contabilidad de la cooperativa San Francisco seis facturas por valor de 17.190 euros en el ejercicio correspondiente a 2013 y que respondían, entre otras cuestiones, a la compra de un atomizador, suelos de mármol, estanterías y armarios, entre otros. Todos ellos definidos por el Ministerio Fiscal como "gastos personales" de Juan Lanzas.

Lanzas, en libertad bajo fianza desde noviembre de 2013, ha llegado a los juzgados increpado por los gritos de 'Chorizo, chorizo' de un grupo de personas que se encontraban en las inmediaciones de los juzgados para protestar por el juicio a nueve vecinos de la capital que ocuparon la Delegación de Vivienda de la Junta de Andalucía en marzo de este año para pedir el realojamiento de varias familias desahuciadas.

El exsindicalista, en declaraciones a los periodistas previas al juicio, ha señalado que para aquellos a los que les interese su vida en la actualidad, se dedica a "sus labores", que lleva una vida "más sana" que la de antes y que se encuentra "muy bien de salud". Asimismo, ha afirmado que el caso de los ERE "va para largo" y que su vida laboral está "jodida". En este punto, ha indicado que "trabajo no hay ni para los medioqués, con que para los señalados, mucho menos".

Juan Lanzas, que se enfrenta a penas de entre cuatro y seis años que le reclaman el Ministerio Fiscal y la acusación particular, ha negado su implicación en los hechos y ha afirmado en su declaración ante la jueza que todo se debe a que en 2003 se detectó la presencia de un herbicida en el aceite de la cooperativa que presidía. Para no crear alarma, según su declaración, decidieron pagar en metálico a trabajadores para que llevaran a cabo las tareas de limpieza en tuberías y bidones.

Para justificar estos pagos a los trabajadores, la Junta Gestora de la cooperativa, según dice Lanzas, le autorizó a presentar facturas de las obras que estaba realizando en casa de su padre de manera que "yo pagaba en caja el dinero de esas facturas y luego le pasaban la factura a nombre de la cooperativa". Con el dinero que él supuestamente depositaba, se pagaba en metálico a los trabajadores a los que no les interesaba, por diversas circunstancias, aparecer como que estaban cobrando por un trabajo.

"Perdían más yendo a trabajar que quedándose en su casa", ha dicho Lanzas para justificar los pagos y los gastos personales que se le atribuyen a él por parte del Ministerio Público y la acusación particular. De ello, afirma Lanzas, quedaba constancia en la cooperativa con la firma de los recibís correspondientes, al tiempo que ha insistido en que todo se hacía "con conocimiento" de la junta gestora.

Lanzas ha defendido su inocencia y ha reiterado en varias ocasiones que la cooperativa no sufrió perjuicio económico alguno, sino al contrario porque los trabajos que realizaron los operarios cobrando a 6 euros la hora le salieron "mucho más barato" que teniendo que hacer frente a la contratación de dichos trabajadores.

"Yo nunca le pagaba a nadie ni le daba un talón a nadie", ha declarado Lanzas y ha señalado que tuvo "la desgracia" de estar haciendo las obras en casa de su padre y haber querido ayudar a la cooperativa con las facturas de dichas obras para justificar el pago de unos trabajos que se hicieron "de la forma más discreta posible" para impedir que cundiera la alarma en el pueblo si se enteraban de la presencia del herbicida en el aceite.

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