«Una buena idea, pero se fomentará la confusión entre los consumidores»

Cuando se habla de calidad y aceite de oliva hay que mirar forzosamente hacia las denominaciones de origen, cuya razón de ser es precisamente ésta, acreditar que sus entidades asociadas fabrican un producto de excelencia y, además, asesorarles en el empeño. La opinión de todas es bastante parecida: es una buena idea, pero mucho cuidado, que el lío entre los consumidores puede ser mayúsculo. El secretario de la DO Sierra de Cazorla, Emilio Tíscar, realiza un doble análisis. «Es positivo porque la franja de calificación de los extras es excesivamente ancha, pero es negativo si tenemos en cuenta que, con la clasificación actual, ya se observa un falta de conocimiento del público respecto a lo que se oferta en los establecimientos».

El secretario de la DO Sierra de Segura, Francisco Moreno, insiste en esta misma idea, «se puede generar una mayor confusión». Por este motivo, a juicio de Moreno, las autoridades comunitarias deben poner inicialmente todo su empeño en acabar por completo con el fraude, tal y como se constató en un informe elaborado por la propia UE. «Hay que establecer controles más estrictos, como ya se está haciendo en países como Italia, para que exista una correspondencia entre la información que aparece en las etiquetas y el contenido.

El secretario de la DO Sierra Mágina, Manuel Jesús Sutil, entiende que categorizar el premium supone el reconocimiento al esfuerzo que están haciendo los productores en obtener un zumo de aceituna perfecto. «En cualquier caso agrega la clave está en que se especifiquen una serie de características estrictas que habrá que cumplir sí o sí».