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Un policía vigila los trabajos de un equipo de expertos del Instituto Geográfico Nacional en Torreperogil en una imagen de 2013.
La Loma, dos años de temblores

La Loma, dos años de temblores

Un nuevo terremoto en Lupión reaviva los temores que viven los vecinos de la comarca desde 2012 | Aunque los científicos aseguran que los últimos seísmos responden a parámetros normales, la serie de movimientos se acerca ya a los 2.500

Juan Esteban Poveda

Miércoles, 22 de octubre 2014, 13:02

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Ocho minutos antes de la una de la tarde de ayer, el suelo tembló en la comarca de La Loma. Otra vez. Un terremoto con epicentro cerca de Lupión se dejó sentir en varias localidades y llegó a notarse hasta el Linares. Luego los científicos del Instituto Geográfico Nacional informaron de que se había tratado de un seísmo de 2,8 grados en la Escala Ritcher, situado a una profundidad de unos 4 kilómetros al suroeste de Lupión, ya cerca de Begíjar. Un punto a unos 30 kilómetros al sur de Torreperogil-Sabiote, donde cada terremoto que se produce en la zona reaviva los temores que se sufren desde que en octubre de 2012 la tierra comenzara a temblar. Se estima que el número de seísmos desde entonces en la comarca ronda ya los 2.500, aunque los últimos meses han sido de tranquilidad relativa.

Hace cinco días hubo otro terremoto en Sabiote, aunque de escasa intensidad. Y antes aún, otro en Huesa. No fueron sentidos por la población. Aunque con menos frecuencia y potencia, los terremotos no han dejado en paz la provincia. Prueba de ello es que científicos de la Universidad de Jaén y del Instituto Geográfico Nacional midieron del 17 de agosto hasta el 16 de septiembre, ambos días incluidos, 40 terremotos, siendo el mayor de ellos el del domingo, 14 de septiembre, a las 03:36:54 horas, al suroeste de Begíjar, de magnitud 3,8. Fue sentido con intensidad V en la población de Puente del Obispo y con intensidad IV-V en la Estación de Begíjar.

Tranquilidad

Hace un mes los científicos insistían que ni la sismicidad histórica ni la instrumental, ni el conocimiento de las fallas de la región, parecen indicar que se puedan producir terremotos de elevada magnitud. Al mismo tiempo indicaban que también es pronto para indicar la estructura o falla responsable de esta serie. Aunque sí encontraban más normal los terremotos en la zona de Lupión y Begíjar, donde hay datos históricos bastante antiguos que hablan de pequeñas series de temblores, mientras que en Torreperogil-Sabiote el fenómeno que comenzó en 2012 y que parece remitir ya es nuevo para los científicos.

En Torreperogil aún recuerdan los primeros meses de 2013, cuando hubo auténtica psicosis en la población. El 6 de febrero de ese año fue un día que muchos vecinos aún recuerdan. Hubo 125 terremotos. Muchas familias se fueron del pueblo para pasar unos días a Úbeda o a otras localidades donde tenían familia o conocidos que los acogiesen. Al anochecer, otros se montaban en coche en pijama para pasar la noche en el campo por el temor a que un gran terremoto echase abajo sus casas.

Llegó a haber temblores de 3,8 grados, con fuertes sacudidas que se sentían de forma simultánea en varios pueblos. «Pero lo peor es el sonido. Un estruendo terrible», decían los vecinos. En Torreperogil salieron grietas en varios edificios, entre ellos una guardería. En Sabiote, una de las torres del castillo sufrió los efectos de la serie sísmica. Las autoridades elaboraron planes de emergencia y se llegó a enseñar a la población qué hacer en caso de un gran terremoto.

Fueron pasando los meses y los temblores se apaciguaron. Aunque nunca se fueron del todo. Las autoridades dieron hasta formación a los vecinos para controlar la ansiedad y que aprendiesen a vivir con una amenaza continua.

Un año más tranquilo

A principios de 2013 parecía que la pesadilla había acabado. «Lo importante es que los terremotos ya han terminado, que la serie sísmica se puede dar por concluida», aseguraba el profesor Peláez, de la Universidad de Jaén, tras 2.200 temblores en doce meses. El 19 de octubre, sin embargo, una de las mayores sacudidas de toda la serie (3,7 grados)devolvió a los habitantes de la Loma a la realidad. El mismo profesor había advertido que aún era posible una sismicidad residual. De hecho los terremotos nunca han acabado de irse del todo. Pero ya no han vuelto con la virulencia de 2012 y 2013.

Tal vez lo que más escama a los vecinos ha sido que los científicos hayan tardado en dar una respuesta convincente. No fue hasta noviembre de 2013 cuando el Instituto Geográfico Nacional (IGN) aseguró que la causa son dos fallas que hasta ahora se desconocían, separadas entre sí uno o dos kilómetros y a una profundidad de unos cuatro kilómetros.

Antes se había producido una agria polémica sobre partidarios de la teoría de la hidrosismicidad (relacionada con el cercano pantano del Giribaile y con el nivel de precipitaciones para explicar los movimientos del terreno), los que apostaban por la hipótesis de la falla desconocida y hasta por los que se apuntaban a teorías conspiranoicas relacionadas con el fracking.

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