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José María Laínez presenta en Cazorla su libro 'Partida de damas'

Esta es su segunda novela tras 'Adiós, Erika', lo que le convierte, como lo definió David Gómez, en un «escritor tardío» y, como tal, «en un escritor que nos agrada desde el principio con ese profundo oficio en el manejo del lenguaje»

JOSÉ LUIS GONZÁLEZ

Martes, 30 de septiembre 2014, 01:24

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El escritor José María Laínez presentó en la ciudad que le vio nacer, Cazorla, su segunda novela, 'Partida de Damas' (Ediciones Carena-Acidalia). Eligió como marco el Salón de Plenos del Ayuntamiento y como presentador al poeta David Gómez Frías. Además de numerosos familiares y amigos, a su lado estuvieron José Luis Villar, en representación de la editorial, y Rosalía Lorite, concejala de Cultura.

Esta es su segunda novela tras 'Adiós, Erika', lo que le convierte, como lo definió David Gómez, en un «escritor tardío» y, como tal, «en un escritor que nos agrada desde el principio con ese profundo oficio en el manejo del lenguaje». El poeta cazorleño presentó a Laínez como un escritor «ajeno a los adornos inútiles o al déficit literario que conducen a la novela al tedio, con una escritura directa en su manera de exponer la historia, equilibrada en el estilo, resuelta en cuanto al trato temporal y muy acertada en la construcción de los personajes».

Personas corrientes

Tres mujeres y un hombre vertebran la historia de 'Partida de Damas'. El hombre, de clase media y empleado de banca cuya vida está encorsetada en la rutina, asiste a un congreso en Baeza, de donde es natural su esposa, durante un fin de semana. Allí despertarán viejas historias o fantasmas que estaban aletargados en el subconsciente del protagonista. Como el propio autor describía, «suele ocurrir que un cambio, por muy nimio que sea, puede suscitar en las personas interrogantes lo suficientemente importantes como para mirarse a sí mismas y preguntarse qué demonios han estado haciendo hasta ahora».

«Es una constante en mí escribir sobre las personas normales y corrientes que nos rodean, porque considero que las grandes historias se desarrollan cerca de nosotros, porque cada uno de nosotros somos una historia viviente digna de ser contada», aseveró José María Laínez, añadiendo que «la vida humana está repleta de drama, intriga, alegría, decepción, y un sinfín de matices que pueden configurar una gran historia». La intención también parece tener matices 'egoístas' si tenemos en cuenta su explicación sobre lo que le impulsa a escribir: «El aprendizaje, saber más de mí y, sobre todo, intentar entender a los demás para enriquecer las relaciones; solo por eso ya merece la pena llenar dos folios».

José Luis Villar, como representante de la Editorial Carnea-Acidalia, dejó constancia del «acierto al apostar por este modo de escritura alejado de lo 'comercial', único y personal, que llega perfectamente al lector; carente de rasgos superfluos y que refleja los distintos puntos de vista y actitudes de los personajes de la novela». Rosalía Lorite, como representante institucional, mostró su gusto por estos escritores que «escriben sobre lo que sienten, sobre cómo vivimos y lo que cuesta afrontar algunas situaciones». También alabó el hecho de que «se hable de nuestra tierra, de Baeza en este caso», e hizo referencia a la frase con la que se abre el libro: el pasado no siempre condiciona el futuro, si sabemos describir con valentía nuestro presente.

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