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Raphael aplaza a 2015 su posible regreso al cine junto a Álex de la Iglesia

Raphael aplaza a 2015 su posible regreso al cine junto a Álex de la Iglesia

"Se hará, pero no sabemos cuándo; los dos tenemos las agendas muy cargadas", advierte no sin revelar que está "encantado" ante la posibilidad de trabajar con el director también de "El día de la bestia", "800 balas" y "La comunidad"

EFE

Miércoles, 10 de septiembre 2014, 13:06

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Será "una gran película con un gran presupuesto". El regreso de Raphael a la pantalla grande vendrá de la mano del director Álex de la Iglesia aunque tendrá que esperar, al menos, a que la ambiciosa gira de presentación del nuevo disco del cantante llegue a su fin, y eso no ocurrirá hasta junio de 2015.

En una entrevista concedida con motivo de su próxima visita a Valencia -cuatro noches en el teatro Principal, del 18 al 21 de septiembre-, Raphael confiesa su gran ilusión en este aún misterioso proyecto cinematográfico, cuyo guion ya ha leído y que, de limar los flecos pendientes, tanto artísticos como de producción, supondría la décima obra de su currículum fílmico.

El cantante de Linares (Jaén) debutó en el séptimo arte en 1963 con "Las gemelas", apenas un año después de su irrupción profesional -había sido un precoz niño cantante- como ganador del Festival de la canción de Benidorm.

Le siguieron "Cuando tú no estás" (1966), "Al ponerse el sol" (1967), "Digan lo que digan" y "El golfo" (1968), "El ángel" (1969), "Sin un adiós" (1970), "Volveré a nacer" (1973) y "Rafael en Raphael" (1975), su última película.

Fue precisamente en una cinta dirigida por De la Iglesia de hace cuatro años cuando Raphael volvía a la pantalla grande, aunque mediante una actuación grabada en los 70 para cantar el tema que daba título a la cinta, aquella "Balada triste de trompeta" que ejecutaba como triste payaso ante el público de una "boite".

La que sería décima película de Raphael tendrá que esperar al menos a junio de 2015, fecha en la que termina la gira de su nuevo disco ("De amor&desamor"), para comenzar a tomar forma de la mano de Álex de la Iglesia: "Se hará, pero no sabemos cuándo; los dos tenemos las agendas muy cargadas", advierte no sin revelar que está "encantado" ante la posibilidad de trabajar con el director también de "El día de la bestia", "800 balas" y "La comunidad".

Insiste en que siempre ha tenido una relación "muy buena" con el cine y valora especialmente haber podido trabajar con Mario Camus (en "Cuando tú no estás", "Al ponerse el sol" y "Digan lo que digan"), que a su juicio fueron "muy dignas y tremendamente taquilleras".

Aquel cantante de enorme popularidad, nacido como Rafael Martos y que vendía ya miles de discos a ambos lados del Atlántico, tenía también muchos conciertos que ofrecer, cada vez más, y decidió decantarse por la música.

"¡Pero nunca me he ido del cine!", se defiende para justificar que si cae en sus manos un buen guion con un buen papel para él, no dudará en ponerse de nuevo ante las cámaras, como le ocurre en este proyecto de Alex de la Iglesia del que precisamente ya aventuró algún detalle embrionario en una entrevista en 2010.

El intérprete de "Yo soy aquel", "Mi gran noche", "La canción del tamborilero" o "Qué sabe nadie" afronta esta nueva gira -que comienza este sábado en Córdoba- con la enorme energía artística y vital que le caracteriza a sus 71 años, dispuesto a deleitar a cinco generaciones distintas de espectadores y aún con la resaca de su reciente éxito en el festival Sonorama de música independiente.

"El día del concierto -el 14 de agosto- fue apabullante, maravilloso, de esas noches que recordaré siempre", señala para revelar que los organizadores del Sonorama llevaban cuatro años intentando ficharle para su cartel pero hasta ahora había sido imposible por fechas. "Era difícil cazarme", bromea.

Para quien "siempre" ha gustado al público joven, fuera la década que fuera, triunfar ante estas nuevas hornadas es algo "muy saludable" y le refuerza ante su tremendo bagaje artístico, sus mareantes cifras millonarias de ventas de discos y las decenas de premios recogidos por medio mundo: "No soy nostálgico, no añoro el pasado, que fue maravilloso; jamás diré 'yo fui' o 'yo iba', sino 'voy' e 'iré'".

¿Y el futuro? "No sé en qué acabará, pero la música sigue adelante, buscando su camino porque es necesaria, tanto -advierte- como la patata. Sin la música, este sería un mundo de sordos".

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