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José Luis García en su librería Metrópolis.
Los libros en papel aguantan el empuje del formato electrónico en Jaén

Los libros en papel aguantan el empuje del formato electrónico en Jaén

Numerosos estudios tratan de resolver el debate entre el libro tradicional y el digital

ALICIA B. SÁNCHEZ

Miércoles, 24 de agosto 2016, 00:56

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Con el mes de agosto bien avanzado, las vacaciones de verano en gran parte del hemisferio norte están finalizando. Hay muchas maneras de aprovechar todavía este tiempo libre pero leer es, sin duda, una de las mejores.

Si eres un amante de la lectura, no hay mejor época para disfrutar de un buen libro. Ya sea en la comodidad de tu sofá o en una tumbona en la playa o visitando diferentes países, la compañía de un buen ejemplar nunca está de más. La población mundial aumenta con gran rapidez y a la par la aparición de nuevos libros, periódicos (la mayoría ya digitales), revistas...; resultados de nuevas investigaciones, nuevos e interesantes conocimientos en los diferentes campos del saber humano, etc., que de uno u otro modo se relacionan e influyen en nuestra vida como miembros de esta sociedad en que vivimos.

En un sondeo sobre las preferencias entre el libro tradicional en papel y en formato electrónico, y la importancia que tiene la lectura entre los habitantes de la ciudad de Jaén, así como la experiencia que acumulan al respecto propietarios de establecimientos donde se venden libros, se llega a varias conclusiones. Por una parte, el formato del libro tradicional en papel pueden llegar a durar décadas y siglos tal y como se ha demostrado, pues es la tecnología más fiable para plasmar y conservar textos. El funcionamiento es evidente y la relectura es más sencilla. Asimismo, el fetichismo por los libros existe (olor a nuevo, tacto, belleza visual, etc.). También está demostrado que leer en papel conlleva mayor comprensión del texto leído, así como el hecho de acudir a una librería a pasear y perderse entre las estanterías y encontrar sus secciones favoritas es el placer de descubrir.

Por otro lado, el libro electrónico también llamados 'ebooks' no ocupan espacio, no se deterioran, son más rápidos de producir, no tienen ediciones agotadas, se acomodan al lector, son de fácil consulta, socializan la lectura, existe más interacción con el autor, son portátiles, permiten a los editores a publicar más y a los lectores a leer más.

Preguntados los responsables de tres de los establecimientos con más arraigo y tradición de Jaén si se ha notado mucho el descenso en la venta de libros de papel por la utilización de libros electrónicos las respuestas son contundentes. José Luis García, propietario de la librería Metrópolis, concluye que «justo al contrario», puesto que desde que existe el libro electrónico se lee más en papel. «En parte influye porque es una competencia más, pero no nos va a quitar de en medio, ya que el libro en papel sobrevivirá toda la vida, aunque existen diferentes ofertas y tengamos que convivir con ellas». A su vez, tanto Juan Muñoz, de la papelería Eica, como Laura Illana, de la librería Don Libro coinciden en señalar que se ha notado la bajada de venta de libros tradicionales por la situación económica pero no debido al libro electrónico. «El lector sigue siendo fiel aún pasando por una mala situación económica, puesto que tan solo disminuye el volumen de ventas en el ámbito personal», explica Laura Illana.

Por tanto, podemos decir que el libro electrónico ha transformado la lectura, pero constituye un error plantear su consolidación en dispositivos móviles, así como la antesala de la extinción de libros en formato de papel. Es más, el comportamiento de los lectores , según diversos estudios y encuestas realizadas tanto a nivel nacional como en la ciudad de Jaén, acreditan que la gran mayoría de estas personas continúan prefiriendo la experiencia de comprar y tocar un volumen impreso. Leer en papel o en pantalla es indiferente en términos culturales, pero sí es relevante para que las editoriales puedan adelantarse a la demanda del mercado. De ahí que algunos de los principales desafíos del sector para el futuro radiquen, no solo en la digitalización de sus catálogos sino en diseñar una oferta atractiva que consolide el modelo de negocio en Internet.

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