«La ciudadanía no percibe con agrado los enfrentamientos dialécticos»

Después de un año ejerciendo como tal, por delegación de funciones de Juan Lillo, Antonio Martínez fue elegido el pasado viernes presidente del Partido Popular de Linares en su X Congreso Local. En dicha votación fue la única candidatura presentada, después de que la comisión organizadora rechazase una lista alternativa después del recuento de avales.

-¿Se siente reforzado en su puesto tras esta elección?

-Súper reforzado, porque es la vez que más participación ha existido y la primera en que ha habido una campaña con dos candidaturas. Estamos en la posición que yo quería estar, de transmitirle a la ciudadanía que realmente el Partido Popular es un partido de gobierno, que está preocupado como cualquier otro por la situación que estamos pasando desde el punto de vista económico y social.

-¿Del apoyo conseguido concluye que las bases del partido comprenden su forma de trabajar en los últimos dos años?

-Sí, y no sólo eso. Lo dije en su día, la otra era una candidatura anti Antonio Martínez. No había ningún tipo de propuesta ni de proyecto, de lo cual me alegro, porque si las únicas posiciones contrarias son de tipo personal y no político, estoy dispuesto a asumirlo.

-No obstante Ángela Hidalgo se despidió prometiendo seguir en la brecha con su oposición para una posible segunda oportunidad.

-En primer lugar yo no sé si seguirá habiendo una siguiente vez. No me gusta perpetuarme en ningún puesto. Lo que sí tengo claro es que con la actitud y los modos con los que ha actuado esta señora yo le auguro que jamás tendrá ningún tipo de cargo en el PP de hoy.

-¿Piensa integrar de alguna forma en el partido al sector opositor?

-Si la integración supone que le voy a dar entrada en el órgano de gobierno del PP en Linares, no. Porque eso supondría tener que dispensar a otros que han estado trabajando conmigo y están integrados en el proyecto. Desde el punto de vista de la integración en cuanto a escuchar sus opiniones, es algo consustancial a la democracia dentro del PP. El mercadeo en el Partido Popular desde que yo estoy ha desaparecido. Yo no quiero hipotecas, quiero libertad y transmitírsela a los órganos que gobiernan el PP.

-La oposición en el partido le acusaba de no ser cercano a la gente y de hacer una oposición blanda. ¿Qué opina de ello?

-El PP hoy por hoy tiene un contacto con las asociaciones sectoriales y de vecinos como mínimo al mismo nivel que el PSOE, algo que antes era impensable. Eso no es una materia prioritaria para mí, porque ya está conseguida. Respecto a la oposición blanda, si ser duro es ser intransigente y no admitir la opinión colectiva yo soy un flan, posiblemente hasta unas natillas. Pero si ser duro significa ser fiel a las ideas que marca el partido, a la estrategia política que nos marcan las bases y el partido, y a la firmeza de convicciones, soy el diamante dentro de la escala de dureza.

-¿En estos dos años cuántos puntos del programa del PP se han conseguido aprobar?

-Nos han aprobado casi el 70% de las mociones que hemos presentado, algo inaudito en la historia de la democracia en Linares. Si un alcalde tiene un equipo de gobierno con 16 concejales sobre 25 y se acerca a la oposición, le pide opinión sobre los proyectos y colaboración, creo que la lealtad institucional obliga a hacer lo que estamos haciendo. No salen a la luz pública las discusiones que el alcalde y yo podamos tener, eso se hace en los despachos.

-¿La moderación es también un camino hacia la alcaldía?

-Claro, en política todo es estrategia. La ciudadanía no percibe bien los enfrentamientos dialécticos, que a veces son por imbecilidades, por un adoquín o un trozo de asfalto. Cuántas páginas se habrán escrito en los periódicos sobre el adoquinado del Centro Comercial Abierto, y cuatro años después, ¿dónde están los adoquines? En un almacén. Bien, yo no le quiero restregar eso a nadie, la gente lo ve y mi satisfacción es ver que yo entonces no erré en aquel tiro.

-¿Qué va a pasar a partir de ahora con Isaac Chamorro?

-Se ha manifestado en contra de las decisiones de un órgano colegiado institucional del partido, y eso está sancionado con la expulsión de la militancia del partido entre cuatro y seis años. Y ahí no me va a temblar el pulso, en el grupo de concejales no tiene cabida.