Vilches dedica un espectacular recibimiento a su Virgen del Castillo

Primero la Virgen fue colocada en el altar de la iglesia de Santiago Apóstol, en el barrio de La Estación. Allí recibió salves y plegarias. A las seis de la tarde del sábado la talla de la Patrona peregrinó hasta su iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. Fueron tres horas en las que el trono de la Virgen atravesaba arcos de flores naturales, sorteaba pétalos de rosas, recibía canciones y versos de los más jóvenes y transitaba siempre acompañada por la música de la banda municipal que dirige el maestro linarense Antonio Martín. En la tarde del domingo, una segunda procesión condujo a la virgen hasta su santuario enclavado en un paraje rústico entre restos de muralla árabe, piedra, gruta, cuevas y chumberas.

Proceso restaurador

La talla de la Virgen del Castillo volvía a Vilches tras sufrir un proceso restaurador de tres meses en el taller que dirige en Andújar el licenciado en Bellas Artes, José Luís Ojeda Navío. Este madrileño, que desde hace largos años vive en Andújar, ha desarrollado una laboriosa operación rehabilitadora para poner fin a la presencia de grietas, escamas, trozos de relleno de escayola, numerosos estucos y algún repinte.

Sobre la imagen del XVI, a medio camino entre el manierismo y el barroco temprano, Ortega Navío realizó una analítica general con radiografiado completo y estudio al microscopio; fijó zonas de pinturas con peligro de desprendimiento; encoló grietas; extrajo elementos metálicos de las uniones para sustituirlas por espigas de madera; eliminó algún repinte impropio de la policromía original y concluyó con estucado, reintegración cromática y barnizado definitivo.

Un proceso restaurador celebrado por todos en el que desaparecen las diferencias cromáticas que había entre la cara de la Virgen, sus manos y el cuerpo del Niño. Navío ha restaurado en los últimos meses a Santa Potenciana, entre otras imágenes.