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CONDENADO. Martín Javier O. es conducido por la Policía por la Audiencia de Jaén. /IDEAL
La Audiencia castiga con 18 años de cárcel al asesino de Rocío Estepa
JAÉN

La Audiencia castiga con 18 años de cárcel al asesino de Rocío Estepa

La sentencia considera que Rocío no tuvo ni oportunidad de luchar por su vida ante la agresión del que era su pareja y que acabó con ella tras una larga agonía

E. P.

Miércoles, 3 de diciembre 2008, 04:12

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La sección segunda de la Audiencia Provincial de Jaén ha impuesto una pena de 18 años de prisión por un delito de asesinato al autor de la muerte de la joven maestra sevillana Rocío Estepa. La sentencia, consultada por Europa Press, considera probado que el condenado, Martín Javier O., tras mantener una discusión con la víctima en el domicilio que compartían en el Puente Tablas, se colocó sobre ella en la cama de su dormitorio, «inmovilizándola y anulando sus posibilidades de defensa». Acto seguido, le puso las manos en el cuello apretándolo a la vez que «con una almohada le tapó la boca y la nariz, ocasionándole la muerte por asfixia».

La sala entiende que en estos hechos concurre «alevosía por desvalimiento» pues el condenado «eliminó toda posibilidad de defensa de la víctima» al inmovilizarla. A esta circunstancia añade que los forenses estimaron que murió después de Martín Javier O. estuviera durante «cinco y diez minutos taponando sus orificios respiratorios», extremo que «excluye la posibilidad de una muerte imprudente», tal y como como pedía la defensa.

Por todo ello y de conformidad con el contenido del veredicto que ya hizo público el jurado designado para juzgar esta causa, la Audiencia condenó a Martín Javier O. por un delito de asesinato a la pena de 18 años de prisión y a que indemnice a cada uno de los dos hermanos de Rocío Estepa con la cantidad de 50.000 euros.

El juicio

El condenado declaró ante el tribunal que no quiso matar a su pareja y que, de hecho, él la «quería mucho». Así, explicó que el día de los hechos -el 12 de octubre de 2006-ambos se enzarzaron en una fuerte discusión «a voces y a gritos» en la que se hicieron reproches mutuos hasta que, en un momento dado, le puso sus manos sobre su cara -«para que me escuchara», alegó-- mientras que ella estaba sentada en la cama y él de pie.

«Cuando me di cuenta mis manos estaban en su cuello, no recuerdo si apreté ni cuándo ni cómo», según relató el procesado, quien recalcó que «de pronto» se dio cuenta de que la mujer «no se movía», tras lo que señaló que se le vino «el mundo abajo».

El forense que examinó el cadáver de Rocío Estepa señaló como causa más probable de la muerte de esta joven maestra el taponamiento de sus vías respiratorias, es decir, que bien con las manos bien con algún objeto se impidió la salida del aire de tal modo que los alveolos le estallaron. Este experto señaló que tampoco se podía negar que hubiera estrangulamiento, aunque esto no fuera lo que provocó su muerte. Por ello, explicó que lo más probable es que la víctima sufriera ambos «mecanismos combinados» y que primero intentara estrangularla para después obstaculizar la salida de aire por la boca y la nariz, algo en lo que «seguramente» usó algún medio como una almohada o la propia colcha de la cama.

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