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Pedro Miguel Lamut, que ha publicado más de 30 títulos, sostiene su última obra en las manos. LUNA OJEA
«Ni el Papa refrenda la línea cañera de obispos como Rouco y Cañizares»
SOCIEDAD

«Ni el Papa refrenda la línea cañera de obispos como Rouco y Cañizares»

Este gaditano, que imparte misa en Madrid, presenta su última novela 'El Retrato Imago Hominis' describe la Palestina que vio morir a Jesús

ÁNGELES PEÑALVER

Viernes, 19 de octubre 2007, 12:19

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Pedro Miguel Lamet (1941) es un sacerdote jesuita de maneras peculiares. Se deja caer en el sofá y se enciende una gran pipa. Contesta pausadamente, pero con vehemencia. Tiene clarísimas sus ideas, aunque por ellas sufrió la censura del franquismo, que arrancó páginas enteras de 'Vida Nueva', la publicación que dirigía este gaditano con acento madrileño. Defensor de la Teología de la Liberación, aún celebra misa, pero está volcado en su faceta de escritor. Ayer llegó a Granada con su último libro bajo el brazo, 'El Retrato Imago Hominis', en él describe Palestina meses después de la crucifixión de Jesús.

-¿Hay alguien hoy sobre la faz de la tierra que pueda asemejarse al personaje histórico de Jesús?

-Nadie, Jesús es hijo de Dios. Él se llamaba a sí mismo hijo del hombre, y yo digo que era el ser humano que más Dios tenía, era de un magnetismo, de una fuerza, de una intensidad en sus palabras y sus hechos que no hay parangón.

-Escribió la biografía de Juan Pablo II. ¿Prepara ya la de Ratzinger?

-No, Ratzinger es un intelectual y su faceta fundamental es el pensamiento, no tanto sus peripecias biográficas.

-Usted dijo que esperaba que Ratzinger mejorara la libertad de dentro de la Iglesia. ¿Ha ocurrido así?

-Sí. La caza de brujas que se produjo con Juan Pablo II ha bajado mucho. Yo ahora me siento más libre para hablar y escribir. Ratzinger, como presidía la Doctrina de la Fe y había actuado casi como inquisidor, se dio cuenta de que tenía que cambiar el 'chip' y así lo ha hecho. Hay un clima de mayor libertad y de pensamiento, como es propio de un intelectual.

-Usted fue un sacerdote perseguido por el franquismo, criticado en la Iglesia por pertenecer a la Teología de la Liberación. ¿Se siente en tierra de nadie ideológicamente?

-No, yo desde el punto de vista religioso he estado con un pie en el mundo y otro en la Iglesia. Como comunicador he notado la sensibilidad del pueblo, por eso mis libros se venden en los grandes almacenes y la gente me lee bastante.

-¿Por qué las Iglesias están cada vez más vacías en España?

-La sociedad está embotada y atontecida por la publicidad. Por otra parte creo que la Iglesia española, sobre todo la jerarquía, no está a la altura de lo que la sociedad le pide. Nuestros pastores, sobre todo algunos obispos, están desfasados. He seguido las relaciones Iglesia-Estado desde la transición y el Obispo Tarancón acertó mostrando a la Iglesia independiente de los poderes del Estado, esto es, desenganchó a la Iglesia de la derecha.

-¿Y ahora?

-Y ahora la Iglesia se ha vuelto a enganchar con la derecha. Y eso no sólo molesta a los jóvenes, sino a muchos creyentes. Me parece inaceptable que la Iglesia tenga una emisora en la que un agnóstico insulta por las mañanas (Jiménez Losantos) y un pastor protestante (César Vidal) fomenta la línea más conservadora. Esto está potenciado por algunos obispos, pero el presidente de la Conferencia Episcopal, Blázquez, no comulga con esa idea, quiere una Iglesia más plural y menos alineada con la derecha. No hay un partido que haya que votar por ser cristiano. Ni siquiera el Papa refrenda esta línea cañera y ultramontana de obispos españoles como Rouco y Cañizares.

-¿Es exagerada la oposición a la Educación para la ciudadanía?

-Sí, la Educación para la ciudadanía se podría aprovechar por gente bien intencionada para educar al ciudadano global, universal y solidario. Si esa asignatura invita a respetar a los homosexuales, me adhiero a eso. Yo no defiendo la homosexualidad, pero la respeto.

-Precisamente le iba a preguntar por el matrimonio homosexual...

-Yo creo que Jesús habló muy poco de sexo, sin embargo la Iglesia se ha hinchado de hablar de sexo. En este país es una obsesión el sexo. Es más importante querer a los demás gratuitamente, como quiere Jesús, que meterse con los homosexuales. Y a veces la Iglesia se confunde.

-Usted tendrá muchos detractores en la Iglesia...

-Yo hablo de temas de moral que son opinables, no cometo herejías. Apelo al respeto y a la convivencia. Estamos en un estado plural y democrático. La Iglesia no puede imponer su doctrina moral a través de las leyes de un país plural y democrático. Eso es el Evangelio, Jesús no impuso ninguna religión. Eso debe hacer la Iglesia y dejarse de darle caña a los políticos.

-¿En su libro, 'El Retrato Imago Hominis', mezcla ficción con realidad?

-Sí. Acaba de morir Jesús, por lo tanto es un viaje iniciático. Aprovecho para introducir descubrimientos recientes, como datos arqueológicos o históricos. Uno de ellos es que la gente rica de la época vivía como los griegos y los romanos en sus costumbres. O que los campesinos eran explotados por unos impuestos abusivos. Vivían en precario y se iban detrás de profetas y predicadores porque tenían hambre. Arqueológicamente se ha encontrado la casa de Pedro (hay una fotografía en el libro). Esto contribuye al conocimiento de Jesús y las verdaderas motivaciones por las que lo crucificaron. El Templo de Jerusalén era un centro económico brutal donde llegaba gente de todas partes a hacer sacrificios. Jesús dice: «Destruiré este Templo y lo reconstruiré en tres días». Eso produjo un rechazo total y se le consideró un blasfemo que, además, ponía el amor por encima de la ley.

-Dice que los profetas eran seguidos por el pueblo porque había mucha hambre. ¿En la pobreza florece la fe?

-Yo creo que la sociedad de hoy, de consumo, está embotada por la materia. Está incapacitada para encontrar valores espirituales. Incluso a Dios y a Jesús los buscan como un producto de consumo. Por eso hay tanto libro barato y vacío, como 'El código Da Vinci'. Hay un Dios de supermercado. La gente va al supermercado religioso y busca los productos que le interesan.

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