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Way Wang disecciona el choque de culturas en 'Mil años de oración'
festival de san sebastián

Way Wang disecciona el choque de culturas en 'Mil años de oración'

La cinta creará una pequeña polémica por la amistad de Wang con Paul Auster

EFE |

Miércoles, 26 de septiembre 2007, 20:34

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El Festival de San Sebastián ha acogido hoy el estreno de la nueva película de Way Wang, , título que hace referencia a un proverbio chino que sentencia que ese lapso no es suficiente para que un hombre y una mujer no casados compartan la misma almohada. La cinta creará una pequeña polémica en el certamen no porque sea mala, que no lo es, sino porque el cineasta chino-estadounidense ha codirigido con Paul Auster una película anterior, 'Blue in the face', y llevó después a la pantalla un guión del escritor en . Y, este año, Paul Auster es el presidente del jurado que decidirá si se premia o no a Wang.

La película, en sí misma, es una obra pequeña, sencilla pero interesante, que muestra como un hombre mayor, viudo, residente en Pekín, acude a una pequeña población estadounidense para visitar a su hija, divorciada, que trabaja allí. Con ese sencillo esquema aborda temas interesantes, nada ajenos a su director, como el choque de costumbres o las relaciones paterno filiales. El protagonista conocerá las nuevas costumbres de su hija, que a él le resultan extrañas, y hará amistad en un parque con una mujer mayor, exiliada iraní, a la que su hijo envía a un asilo.

Es una película de pocos diálogos, en la que, aunque se desarrolla en Estados Unidos, apenas si aparecen personajes estadounidenses. Wang se fija en los detalles, en la mirada del hombre chino que llega a un país extraño para él, con los mínimos conocimientos de inglés, y que intenta entender a su hija, a las personas que le rodean y a una sociedad completamente distinta de la que procede.

Denuncia política

La otra película en competición del jueves es , una coproducción entre países del Cono Sur americano (Chile, Argentina y Uruguay) que relata el asesinato del químico chileno y ex agente de la policía secreta de Pinochet, Eugenio Berríos, perpetrado por los antiguos miembros de la 'operación Cóndor' en la que colaboraron las policías políticas de las dictaduras de los tres países.

Berríos era un químico que investigaba la fabricación del gas sarín, más barato que otro tipo de armas, para utilizarlo contra los detenidos por las tres dictaduras iberoamericanas de finales de los 70. Es el segundo largometraje de ficción de Esteban Schroeder, un uruguayo que ha trabajado el documental y la televisión tanto en su país como en Chile.

En aborda el drama con estructura de 'thriller' político, interesante por su fondo de denuncia, pero irregular en su narración. La acción sigue a una juez ayudante chilena que investiga una misteriosa denuncia sobre un compatriota secuestrado en Uruguay. Hija de un general y hermana de militar, la protagonista comprueba cómo, a medida que avanza en la investigación, se van borrando todo rastro del caso.

La película sigue un planteamiento clásico en este tipo de cine político en el que directores como el franco griego Costa Gavras o el italiano Pietro Germi fueron maestros absolutos en los años 70, pero Schroeder se pierde con un guión que no avanza como debiera, demasiado reiterativo y con notables faltas de ritmo. Las excelentes intenciones del director se pierden en su pesada narración.

"Costumbrismo y amistad

Mucho más interés ha despertado una película española, ', ópera prima del asturiano Tom Fernández, presentada en la sección Zabaltegi. Con Javier Cámara, Gonzalo de Castro, César Vea, Malena Alterio y Emilio Gutiérrez Caba en los principales papeles, es una interesante y divertida ópera prima que combina un cierto tono costumbrista de la cuenca minera asturiana con una historia de amistad.

El protagonista es un treintañero que regresa a Asturias desde Argentina, tras diez años de ausencia, para asistir al entierro de su amigo Suso, el jefe de la pandilla del pueblo, muerto a causa de las drogas. Allí se reencontrará con sus amigos, con su antigua novia, ahora casada con su mejor amigo, y con su familia. Sus vidas parecen ancladas en el pasado y, aunque el protagonista tiene idea de asistir al entierro y salir de allí, pronto descubrirá que Suso soñaba con levantar una torre, y él se propone levantarla como homenaje al amigo fallecido.

Es una película que reflexiona, con mucho humor, sobre el comportamiento humano. Tom Fernández hace una comedia sobre cosas aparentemente serias como el amor, el sentimiento de culpa, la familia, la amistad y la muerte, y destaca el estupendo trabajo de Javier Cámara, un actor capaz de hacer creíble las cosas más extrañas, muy bien secundado por el resto del reparto. llegará a las pantallas de toda España a principios de noviembre. Atención a Tom Fernández, un director con mucho que contar.

'Madres'

Los treinta años de lucha de las Madres de Plaza de Mayo han llegado a las pantallas del Festival de Cine de San Sebastián con el documental argentino , concebido como un "arma más" para ellas, "para cumplir con su objetivo de memoria, verdad y justicia".

El documental recoge el testimonio de esas mujeres que exigen saber la suerte de miles de detenidos desaparecidos durante el gobierno militar de 1976 a 1983. Una de esas madres es Nora Cortiñas, quien acompañó a Walger y a la productora del filme, Andrea Bello, a San Sebastián , siempre con su inseparable pañuelo blanco sobre el cabello y con la foto de su hijo desaparecido como estandartes.

Historias de lo cotidiano

En el Líbano no sólo late el drama de la guerra, hay pequeñas historias de la cotidianeidad como la que la directora Nadine Labaki reúne en , una preciosa y conmovedora película de heroínas del día a día que muestra un país que aún esconde tabúes tras las apariencias. , que llegará a las pantallas españolas en enero, se presenta en el Festival de Cine de San Sebastián , en el apartado de la Sección Zabaltegi, después de haber pasado por el de Cannes.

Las empleadas de un salón de belleza de Beirut y sus amigas son las protagonistas de este filme, en el que se muestran como mujeres libres y modernas, pero cuyas conversaciones y vidas pivotan en torno a los hombres. Los personajes desprenden una enorme ternura, lo que su directora atribuye al "mimo y cariño" con el que ha tratado a cada uno de ellos, interpretados por mujeres que no son actrices, a excepción del principal, del que se hizo cargo la propia Labaki.

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