Edición

Borrar
Matteo Renzi se lamenta.
Populismos unidos

Populismos unidos

Diego Carcedo

Lunes, 5 de diciembre 2016, 00:32

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Esta vez no hubo sorpresas: los populismos unidos de extrema derecha, derecha personalista y extrema izquierda han derrotado el proyecto constitucional para normalizar el funcionamiento de la democracia sometido a referéndum en Italia. El resultado esperado y temido, ha dejado fuera de combate al primer ministro, Matteo Renzi, y ha robustecido los liderazgos de los tres líderes que desde la oposición rivalizan en ideas radicales y extravagancias personales: el xenófobo ultranacionalista Matteo Sabini, de la Liga Norte de la Padania, el esperpéntico Silvio Berlusconi, que reaparece tras un tiempo de ostracismo con su Forza Italia, y el pintoresco Beppe Grillo, alma e imagen del Movimiento Cinco Estrellas (M5S).

Parecía imposible que los tres partidos que encabezan y sus propias originalidades personales pudieran coincidir en algo y Renzi se lo ha facilitado pasándose de frenada en la redacción de una reforma Constitucional considerada necesaria por todos pero demasiado agresiva para sus adversarios y escorada a sus intereses y ambiciones políticas personales. Lejos de unir a una mayoría clara de apoyo a la reforma, el primer ministro consiguió que el rechazo implicase a casi todos sus predecesores en el cargo e incluso a una sector de su propio sustento, el Partido Demócrata (PDA), de centro izquierda. Su intención era buena, reducir costes en la Administración del Estado, limitar la descentralización regional y municipal, desmantelar la casta y, de paso, garantizarse su prolongación en el poder.

El proyecto presentado a la consulta popular dejaba entrever con demasiada claridad las ambiciones de su promotor y, en el intento, entre tanto pisaba muchos callos y frustraba muchos intereses. La reducción drástica de la composición del Senado y la limitación de sus funciones, lo mismo que el recorte brutal de cargos en las administraciones periféricas puso en guardia a los profesionales de la política que enseguida vieron limitadas sus perspectivas de conseguir un cargo. El referéndum se había convertido en un plebiscito sobre Renzi en persona y el primer ministro lo ha perdido. Lo normal, y más en Italia donde el verbo dimitir se conjuga con tanta facilidad, es que renuncie lo cual abrirá una grave crisis en el país y de rebote en la UE. Nadie se atreve a pronosticar cual será la salida que no sean unas elecciones anticipadas que se unirían en el calendario a las de Francia, Alemania y Holanda.

El Gobierno italiano, sea cual sea su titular y su orientación, tiene sobre la mesa problemas importantes pendientes, empezando por la situación en que se encuentran los bancos más importantes. El BCE que preside Mario Draghi, tiene planes de contingencia para que la incertidumbre que se abre no incida de manera catastrófica en los mercados. Pero tengan el efecto que tengan las medidas paliativas del riesgo económico -- nadie duda que una crisis en su tercera economía es una amenaza para la estabilidad en la Eurozona el éxito logrado por los antisistema, aunque sean como son de diferente signo, es preocupante para la suerte de la Unión Europea.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios