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El ayatolá Ali Khamenei. Reuters
Las «sanciones más duras» contra Irán le dejan seguir vendiendo petróleo a China

Las «sanciones más duras» contra Irán le dejan seguir vendiendo petróleo a China

Además de Pekín, India, Italia, Grecia, Corea del Sur, Japón, Taiwán y Turquía podrán comprar crudo iraní durante al menos 180 días

Mikel Ayestaran

Corresponsal en Jerusalén (Israel)

Lunes, 5 de noviembre 2018, 23:05

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Las «sanciones más duras de la historia», según Donald Trump, ya están en vigor, pero Irán seguirá exportando petróleo a China, India, Italia, Grecia, Corea del Sur, Japón, Taiwán y Turquía. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, aseguró que estos países quedan eximidos por un plazo de 180 días de las prohibiciones impuestas debido a «circunstancias especiales» y a que hay que «asegurar» que el mercado de crudo esté «bien abastecido». Es una exención temporal ya que el objetivo final de Trump es «reducir a cero» la venta de crudo iraní para asfixiar al régimen y obligarle a aceptar un acuerdo nuclear definitivo, no temporal, que incluya también restricciones al programa balístico y al apoyo iraní a diferentes grupos de la región. Teherán descartó cualquier negociación mientras EE UU no cumpla con el pacto de 2015.

El presidente de Irán, Hasán Rohaní, se mostró desafiante y aseguró que su país derrotará «con orgullo» las sanciones «ilegales e injustas» que además del petróleo afectan al sector bancario y complican cualquier operación con la república islámica. La decisión de Trump, adoptada de forma unilateral y criticada por la Unión Europea o la ONU porque viola el pacto de 2015 pese a que los iraníes lo están cumpliendo, pone contra las cuerdas al clérigo moderado que ha basado sus victorias electorales en el acercamiento a Occidente y refuerza al sector más radical, que exige medidas extraordinarias para responder a los castigos.

Pompeo adelantó que más de 20 países dejaron de comprar crudo a Teherán y que la venta diaria ya está por debajo del millón de barriles, menos de la mitad de lo alcanzado antes de conocerse en mayo los planes de Trump de volver a las sanciones. La exportación de petróleo aporta el 40% de los ingresos estatales del país, según el Banco Mundial.

Falta de unidad

Estas primeras exenciones temporales y la falta de unidad en la comunidad internacional plantean un escenario en el que los iraníes tendrán más posibilidades de burlar las sanciones que en 2012, cuando los castigos fueron consensuados y EE UU fue de la mano del resto de países. Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania, el resto de firmantes del acuerdo de 2015, trabajan para encontrar la forma de contrarrestar los castigos de Trump y las multinacionales hacen las maletas para evitar problemas con Washington.

El malestar en la UE, Moscú o Pekín contrasta con la felicidad en Israel. El jefe del Gobierno, Benyamin Netanyahu, calificó el regreso de las sanciones de «día histórico». El ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, señaló que «en un solo acto, EE UU está dando un gran golpe al afianzamiento iraní en Siria, Líbano, Gaza, Irak y Yemen». Tanto israelíes como saudíes ya ni mencionan el supuesto peligro atómico de Irán, sobre el que insistían hasta 2015, y confían en que la asfixia económica ayude a frenar la expansión territorial de su gran enemigo.

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