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ATLAS ESPAÑA
Miércoles, 24 de abril 2019, 15:25
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Ha salido de Corea del Norte como quien parte a una gran hazaña, con sus fans-ciudadanos expresando dramáticas muestras de apoyo de obligado cumplimiento, y, dispuesto, él, líder todopoderoso a embarcar en su tren blindado, rumbo a la esperada cumbre con Vladimir Putin. En ferrocarril, como manda la tradición de la dinastía comunista de su padre y de su abuelo, para evitar atentados. Así que Kim Jong Un, con su indumentaria anacrónica y su gorro calado, entraba en territorio ruso y proclamaba su respeto al Kremlin. La primera reunión bilateral entre Putin y el tercer Kim va a producirse después del fracaso de las conversaciones del norcoreano con Donald Trump sobre la cuestión nuclear. Por eso a Putin le interesa meterse en medio de ese noviazgo mal concluido, y, al extravagante Kim Jong Un, mostrar que no está solo. -Redacción-
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