EE UU se queda solo al imponer la vuelta de las sanciones de la ONU contra Irán

Pese a la amenaza de que habrá castigos para quienes desoigan la orden de Washington, ni la UE ni los países firmantes del pacto nuclear como Francia, Reino Unido, Alemania y Rusia parecen dispuestos a destruir el puente tendido hacia Teherán para evitar que se haga con la bomba atómica.

«Hoy Estados Unidos da la bienvenida al regreso de prácticamente todas las sanciones de la ONU previamente levantadas a la República Islámica de Irán», anunció Pompeo en un comunicado que puso de relieve el diálogo de sordos que se ha apoderado del escenario internacional. Porque mientras el Gobierno norteamericano pretende ahora actuar como si las restricciones a Teherán se hubieran restablecido, el resto de potencias actúa como si nada hubiera pasado.

«Nada». Eso es lo que aseguran fuentes diplomáticas de la ONU que ocurrirá. El argumento, como sostienen Francia, Reino Unido y Alemania en una carta conjunta enviada al Consejo de Seguridad, es que «cualquier decisión o acción tomada con vistas a reimponer las sanciones sería incapaz de tener efecto legal».

Y todo ello a pesar de que Pompeo dice haber invocado el 'snapback', un mecanismo que puso en marcha el 20 de agosto y que, según explica, haría posible restaurar todas las sanciones de la ONU contra Irán un mes después. Sin embargo, los firmantes del acuerdo nuclear aseguran que Washington no puede recurrir a tal pirueta legal porque abandonó unilateralmente el pacto en 2018.

Estados Unidos, pese a todo, parece decidido a seguir adelante y ha prometido «imponer consecuencias» a los «infractores». Las medidas punitivas, entre las que se baraja negar el acceso al sistema financiero y a los mercados estadounidenses, se darán a conocer en los «próximas días», señaló Pompeo. Lo más probable es que las comunique el propio Trump en el discurso que dará mañana en la Asamblea General de la ONU.

El régimen de Teherán instó este domingo a la comunidad internacional a unirse contra las «acciones temerarias e intimidatorias» de Estados Unidos. Mientras, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, se reafirmó en seguir «haciendo todo lo posible para garantizar la preservación» del acuerdo nuclear a la par que Rusia, que acusó a Pompeo de «confundir los deseos con la realidad».