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Desenmascaran a un agente ruso que operaba en el Bundestag

Desenmascaran a un agente ruso que operaba en el Bundestag

El sospechoso fue oficial del ejército de la RDA y trabajó para la Stasi durante la Guerra Fría

juan carlos barrena

Berlín

Jueves, 25 de febrero 2021, 15:39

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Aunque hace más de 30 años del fin oficial de la Guerra Fría, muchos de los agentes y espías que operaban entonces siguen hoy en activo. Es el caso del alemán Jens F. , al que la Fiscalía Federal acusó este jueves públicamente de trabajar para los servicios de inteligencia rusos y suministrar a Moscú información secreta del Bundestag, el parlamento federal germano. Jens F. tenía hasta ahora total acceso a las oficinas de la cámara baja alemana como técnico de un empresa subcontratada para el mantenimiento y revisión de aparatos eléctricos. El sospechoso proporcionó al parecer planos detallados de los distintos edificios parlamentarios a los servicios secretos militares rusos GRU, para los que comenzó a trabajar lo más tarde en verano de 2017 «por iniciativa propia», según subrayó en una nota de prensa la Fiscalía Federal. Medios alemanes no descartan, sin embargo, que la colaboración de Jens F. con la inteligencia rusa venga de mucho más atrás, de cuando existía aún la Unión Soviética.

Spiegel Online revela que el procesado, de 55 años de edad, es un antiguo oficial de la Novena División Acorazada del Ejército Nacional Popular de la extinta República Democrática Alemana. Quienes investigan su caso consideran que Jens F. trabajó desde 1984 y hasta la reunificación de Alemania en 1990 como «colaborador informal» de la Stasi, la policía política y los servicios secretos a las órdenes del ministerio para la Seguridad del Estado de la RDA. El anuncio de las actividades de espionaje del ciudadano alemán a favor de los servicios secretos del Kremlin se produce en un momento de máxima tensión en las relaciones entre Berlín y Moscú por varios casos relacionados con operaciones de la inteligencia rusa en la capital alemana. Miembros de los servicios secretos militares rusos GRU son sospechosos de haber «hackeado» el sistema informático del parlamento germano y de haber capturado incluso correos electrónicos en el despacho de diputada de la canciller federal, Angela Merkel.

Una acción de piratería informática con fines de espionaje que fue descubierta en 2015, aunque quienes investigan el caso estiman que la cuenta de correo electrónico de Merkel en el Bundestag fue intervenida ya tres años antes por «hackers» rusos. La canciller federal se mostró entonces indignada por el ciberataque, capitaneado al parecer por un pirata informático autodenominado «Scaramouche», que logró extraer junto a sus cómplices unos 16 gigabites de datos del sistema informático parlamentario alemán antes de que técnicos de la Oficina Federal para la Seguridad en la Tecnología de la Información (BSI) localizaran y detuvieran el ataque. Este condujo además a una reacción por parte de la Unión Europea, que dictó entonces sanciones contra varios miembros destacados del aparato gubernamental ruso, mientras la Fiscalía Federal emitió una orden de busca y captura contra el oficial del GRU que organizó la operación hostil contra el Bundestag.

Este no es además el único caso que empaña seriamente las relaciones bilaterales. En Berlín es procesado actualmente el ciudadano ruso Vadim Krasikov por el asesinato a plena luz del día en un céntrico parque de la capital alemana de un disidente georgiano, al parecer siguiendo órdenes de los servicios de inteligencia rusos FSB, los herederos del KGB soviético. Ese crimen, considerado como una ejecución por los responsables de la investigación, condujo a la expulsión de dos diplomáticos rusos por parte de Alemania, al parecer los dos representantes directos del FSB en la embajada de Rusia en Berlín. En el caso de que Krasikov sea condenado, algo que se da por hecho debido a la existencia de pruebas irrefutables y testigos presenciales, el ejecutivo de Berlín ha anunciado ya que dictará nuevas sanciones contra el Kremlin.

El caso del opositor ruso Alexei Navalni, recientemente condenado a una pena de prisión en un campo de trabajos forzados rusos, empaña igualmente las ya de por si deterioradas relaciones entre Berlín y Moscú. El activista anticorrupción fue tratado en Alemania el pasado verano de un envenenamiento con un agente químico que sufrió durante una gira electoral en Siberia. La Unión Europea acusó entonces al estado ruso del intento de asesinato y dictó sanciones contra varios miembros del aparato de seguridad del Kremlin, entre ellos el jefe del FSB, Alexander Bortnikov.

Jens F. era investigado al parecer desde hace tiempo por el contraespionaje federal. Ya en 2017 la Fiscalía Federal abrió un procedimiento contra él y en 2019 ordenó registrar su vivienda y las oficinas de la empresa para la que trabaja. Según Spiegel Online entregó la información obtenida en el Bundestag personalmente al agregado militar de la embajada rusa en Berlín, al parecer miembro destacado del GRU. El sospechoso no ha sido sin embargo detenido, ya que no se espera que continúe sus actividades de espionaje ni se teme que escape, dijo un portavoz de la Fiscalía Federal, quien subrayó que eso no quita para que deba responder ante la justicia por sus actividades.

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