Edición

Borrar
Campos de refugiados en Darfur, donde hasta ahora la ayuda de las Naciones Unidas ha resultado fundamental para la supervivencia de miles de personas en el Oeste de Sudán. AFP
¿Quién se acuerda de Darfur?

¿Quién se acuerda de Darfur?

Abandonados a su suerte. La ONU disuelve su misión en el oeste de Sudán, escenario del mayor drama humanitario del siglo XXI, en donde no se ha dejado de matar y destruir durante los últimos 17 años

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 31 de enero 2021, 00:38

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La recolección de la goma arábiga comienza a finales de octubre. En pleno otoño, los campesinos de la región sudanesa de Darfur extraen esta resina del hashab, variedad local de la acacia, que luego transportan en sacos hasta almacenes. Pero, a menudo, los productores no llevan a cabo la operación. A caballo, camello o motocicleta, las milicias yanyauid suelen irrumpir en mitad de la cosecha, arrasan poblados y plantíos, y saquean los mercados. A menudo, llegan para quedarse, tras asesinar indiscriminadamente y forzar la huida de los supervivientes. Este territorio, que ocupa una superficie similar a la de España, sufre los estragos de la guerra desde hace 17 años. Un día fue noticia de primera plana y hoy ni siquiera la ONU lo contempla como un asunto de especial interés. El Consejo de Seguridad votó el pasado 22 de diciembre la disolución de la Unamid, la misión mixta impulsada por Naciones Unidas y la Unión Africana. El mundo parece desentenderse definitivamente del drama de los darfuríes.

Este conflicto es una tragedia inconclusa en todos sus aspectos. El genocidio que generó nunca ha sido admitido por los organismos de justicia, sus presuntos culpables no se han sentado en el banquillo del Tribunal Penal Internacional y los sucesivos acuerdos de paz acaban convirtiéndose en papel mojado en el desierto, donde no se ha dejado de matar y destruir. Ese mismo Consejo de Seguridad que ha decidido ahora acabar con las fuerzas de paz reconocía hace seis meses que la situación interna permanece inalterada, con 'razzias' continuas, una herramienta de terror que ha perdurado durante dos décadas.

La primera vez que los medios de comunicación hablaron de este conflicto fue en 2003, cuando los rebeldes atacaron la base aérea de El Fasher, una de las poblaciones más grandes de la zona. Pero la violencia es un fenómeno endémico en todo el Sahel, especialmente en su extremo oriental. Las tribus ganaderas han disputado secularmente prados y acuíferos a los agricultores en un entorno semiárido. La diferencia radica en el agudizamiento de la pugna por los efectos del cambio climático y, sobre todo, el acceso a armas automáticas que permiten aniquilar al contrario, esa vieja aspiración.

La política nacional también había propiciado sueños de exterminio. La implantación de un régimen militar en 1989 alentó las ambiciones de los abbala o pastores de camellos, y los baggara, cuidadores de reses, sobre los labradores, miembros de las etnias zaghara, masalit y fur, que dan nombre a la región. Los primeros, de la tribu misseriya, son de ascendencia árabe, como la élite gubernamental, mientras que sus enemigos formaban comunidades negras de origen africano. La intensificación de los combates provocó la aparición del Movimiento de Liberación de Sudán y el Movimiento Justicia e Igualdad, guerrillas de autodefensa frente a la ofensiva de los ganaderos.

El desastre de El Fasher demostró que el Ejército no podía resolver definitivamente el problema, es decir, expulsar a los no árabes. Sudán se hallaba inmersa en numerosos conflictos regionales. La dictadura de Omar al-Bashir se encontraba en plena guerra contra los cristianos del sur, se enfrentaba al levantamiento de los bejas en el litoral del Mar Rojo y no disponía de efectivos suficientes para hacer frente a las disputas en el oeste. Otros agentes entraron en escena. Los servicios de inteligencia pertrecharon y formaron militarmente a los yanyauid, la guerrilla de los ganaderos, dotándolos de asistencia táctica y la cobertura de la aviación de combate. Esta iniciativa dio lugar, una década más tarde, a las Fuerzas de Apoyo Rápido, una poderosa organización paramilitar, controlada por el general Mohamed Hamdam Dagalo, alias Hemetti, y extendida por toda la geografía nacional.

George Clooney y Brad Pitt

La limpieza étnica parecía garantizada, rápida y eficientemente. Pero, entonces, llegó Hollywood y se produjo un sorprendente giro de guión. El actor George Clooney se convirtió en el adalid de los refugiados y desplazados por las tropas irregulares y sus palabras de denuncia atrajeron a Brad Pitt y Angelina Jolie, que se involucró personalmente viajando a la zona y provocando el interés de los medios de comunicación. La ONU tuvo que tomar cartas en un asunto, a pesar de la hostilidad de Sudán, considerado uno de los ejes del Mal para la Casa Blanca. Además, el Tribunal Penal Internacional comenzó sus investigaciones para hallar culpables y dirimir responsabilidades.

Las redes y los drones también colaboraron para desvelar la magnitud del drama. El proyecto 'Crisis en Darfur' utilizó las herramientas de Google Earth para desvelar la existencia de 1.600 pueblos asolados. El gobierno de al Bashir no pudo escurrir el bulto y, a regañadientes, permitió la implicación de la Unión Africana. La creación de la Unamid, compuesta por unos 26.000 cascos azules y efectivos continentales, se convertía en la mayor misión de paz del siglo XXI.

El despliegue de los efectivos parecía acallar conciencias. Tan sólo el recuento de víctimas generaba disputas. Se sabía que constituía el mayor drama del presente siglo, pero los balances oscilaban entre los 300.000 y 750.000 muertos por las hostilidades, la hambruna y los largos desplazamientos en condiciones inhumanas. También se calculaba que, al menos, la mitad de la población de Darfur había abandonado su hogar en algún momento del conflicto.

El periodo siguiente ya careció de luz y taquígrafos. La Primavera Árabe reclamaba la atención. Mientras tanto, las conversaciones de paz entre el régimen y las diversas milicias culminaban en acuerdos sin solvencia alguna, mientras que las guerrillas se disgregaban en facciones enfrentadas entre sí. Este caos de conferencias y siglas dejó de interesar. George Clooney se casó con la abogada Amal Alamuddin. La Haya emitió dos órdenes de arresto contra Omar al-Bashir, acusado de crímenes de lesa humanidad, y el presidente respondió con una tournée por África, donde fue recibido como un líder contra el neocolonialismo. Todo parecía seguir el habitual orden.

Pero la sórdida historia de Darfur guarda siempre una inesperada vuelta de tuerca argumental, vinculada a hechos aparentemente ajenos a la crisis. La segregación de Sudán del Sur influyó decisivamente en su devenir. El opresivo régimen se encontró con una cuarta parte menos de extensión geográfica y tan sólo el 25% de sus ingresos petrolíferos, mientras que las guerrillas negras contaban con el apoyo del nuevo gobierno de Juba y la insurrección en los Estados de Kordofan del Sur y Nilo Azul. El estatus quo se venía abajo y la crisis económica provocaba la mengua del presupuesto de Defensa y el creciente repudio de las masas. Ni el nacionalismo desaforado ni el islamismo exacerbado podían salvar a al-Bashir y los suyos. La primavera y sus alergias se acercaban peligrosamente.

Elecciones en dos años

La caída del gobierno del tirano tuvo lugar en 2019 y, desde entonces, el Consejo Soberano, organismo de transición, intenta conducir al país a la celebración de elecciones democráticas dentro de un par de años. La ONU se acoge a esta nueva atmósfera para sustentar la disolución de la Unamid, que será efectiva mediante un repliegue escalonado. A cambio, crea la Unitams, una nueva misión de carácter político para tutelar el proceso que debe conducir a las urnas.

Las víctimas, una vez más, no tienen voz ni voto sobre una decisión que atañe a su seguridad. La Coordinación General de los Campos de Desplazados y Refugiados de Darfur organizó una sentada para protestar contra la medida y ha habido manifestaciones en los últimos días contra este nuevo abandono. Todos los implicados saben que los hombres a caballo siguen matando y que los desplazados que regresan a sus aldeas se encuentran con colonos que las han ocupado.

El futuro resulta inquietante. Hemetti, el hombre que guía a las temidas Fuerzas de Apoyo Rápido, es el segundo de a bordo del nuevo gobierno y el inexplicable árbitro de las muchas disputas que encara el nuevo Sudán. Los darfuríes ya no cuentan con la ONU ni con Jolie y Clooney, que acaba de presentar 'Cielo de medianoche', una película sobre un futuro postapocalíptico, sin campesinos ni ganaderos en pie de guerra porque todos, hasta los criminales de guerra, han sucumbido.

Las torturas y asesinatos a cargo de paramilitares

Baha Eldin Nouri, de 45 años, fue secuestrado el 20 de diciembre en Jartum, conducido a un centro de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), torturado y asesinado. El cadáver fue entregado a sus familiares dos días después. No resulta un proceder novedoso en Sudán, pero, en esta ocasión, miles de personas acompañaron el féretro para manifestar su oposición a estos paramilitares, surgidos en ese laboratorio del terror que es Darfur.

El país atraviesa un periodo de transformación política, con procesos de diálogo para buscar soluciones a sus diversos conflictos armados y buscar un escenario democrático. Todo varía, menos el poder de Hemetti y sus RSF. Antes eran la herramienta para la dictadura, ahora su existencia se explica oficialmente como instrumento contra el terrorismo islámico.

Existe un informe que aborda su rol en la represión del movimiento popular que acabó con el gobierno de al-Bashir. Nadie se ha atrevido a publicarlo, aunque se sospecha que abatieron a unos 200 y muchos fueron arrojados vivos al Nilo. Hace un par de días, se supo del arresto de la principal autoridad forense y del director de la morgue donde acabaron sus cuerpos. Según la Policía, muchos de los cadáveres fueron enterrados en fosas comunes en las montañas y otros, vendidos a hospitales universitarios para las prácticas de sus alumnos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios