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Lunes, 22 de agosto 2016, 10:02
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Cory Morris, residente en la ciudad estadounidense de Hennepin, en Minneapolis, mató a su hija de 4 meses con 22 puñetazos el pasado 13 de agosto porque no podía ver la televisión.
Según la policía del condado el hombre, de 21 años está acusado de asesinato en segundo grado. Todo sucedió cuando Morris estaba solo con su hija Emersyn y trataba de callarla porque quería ver la televisión tranquilo. En ese momento le propinó 15 puñetazos en la cabeza y 7 en el pecho.
Por su parte, Mike Freeman, fiscal del condado de Hennepin, ha revelado que Morrirs llamó a su madre y a su mujer tras cometer el asesinato y dijo: "He hecho algo malo", pero no les contó lo que hizo.
Según afirma 'The Washington Post', cuando llegaron los bomberos a la escena del crimen, encontraron al bebé tirado en el suelo sobre un charco de sangre y con salpicaduras por toda la pared.
De momento se le ha establecido una fianza de 2 millones de dólares.
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