El controvertido plan de Indonesia para erradicar la prostitución

Porque ha expirado el plazo para que las empresas abandonaran sus locales. El alcalde de la ciudad quiere convertir el barrio en una zona verde. Sus casi tres mil vecinos han sido forzados a trasladarse a nuevos apartamentos, subsidiados por el Estado. En Kalijodo tenían trabajo y ahora tienen que encontrar un empleo. Porque eran gente pobre que se ganaba la vida vendiendo alimentos y alquilando aseos a los visitantes. Ahora, dicen, se enfrentan a un futuro sombrío.

Afectadas también las prostitutas, a quienes han cortado de raíz sus ingresos. Ahora se les da formación profesional en el este de Yakarta. En centros de formación enseñan a las ex prostitutas a cocinar y a proporcionar servicios de belleza. También se les da orientación social y religiosa durante seis meses.

Pero el Estado no les garantiza un empleo tras su formación. Y se estima que el 60% de las mujeres que atienden a estos cursos de 'reciclaje' volverán a sus antiguos oficios.

La socióloga Ida Ruwaida asegura que la demolición de la zona no ayudará a erradicar la prostitución y vaticina que, además, traerá más miseria a sus antiguos vecinos. En 2014, el alcalde de Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia, cerró la que se cree era la mayor zona roja del sudeste asiático.

El gobierno ya ha cerrado 68 barrios rojos y otros cien echarán el cierre en un plazo de tres años. La idea es erradicar totalmente la prostitución para el 2019. Objetivo que se presenta difícil: porque pese a ser ilegal, la prostitución está muy extendida en la mayoría de las principales ciudades de Indonesia, el país con más población musulmana del mundo.