Un trivote que se asienta en la medular

«Tenemos la suerte de tener jugadores mixtos. Montoro es un gran llegador y Azeez igual. No son pivotes, sino que les gusta descolgarse», explicó Diego Martínez en su rueda de prensa previa al encuentro, dejando entrever cuál era su plan para afrontar la visita del Leganés. El preparador gallego recuperó su 'once de gala' dentro de las circunstancias que lastran al conjunto rojiblanco. Con Quini y Fede Vico aún en la enfermería, y sin fecha prevista aún para su recuperación, el técnico vigués devolvió la titularidad a los hombres que derrotaron al Barcelona, lo que supuso además el regreso de la línea de tres al centro del campo, con el valenciano y el nigeriano actuando por delante de un inmenso Yangel Herrera. Se descolgaron, llegaron y generaron superioridad en toda la franja ancha del terreno de juego, en la que tuvieron que pugnar con dos exrojiblancos, para hurgar en la herida del cuadro madrileño.

Pellegrino dibujó una línea similar en su equipo, con Rubén Pérez y Recio escoltando a Óscar Rodríguez, un joven repleto de talento que flotó con libertad sobre el césped. Curiosamente, los dos egresados de la casa granadina portaron el brazalete de capitán del conjunto madrileño en su regreso a Los Cármenes, aunque ninguno pudo lucirlo con una sonrisa durante el partido. La dupla de volantes nazarí neutralizó cualquier posibilidad de elaboración cómoda en el cuadro visitante, enfrascado principalmente en labores destructivas.

Azeez, al igual que sucediera ante el Barcelona, adoptó por momentos una posición más adelantada, a caballo entre el centro del campo y la mediapunta, que le permitió pisar área y percutir sobre la rocosa zaga del 'Lega'. Se emparejó con Rubén Pérez, primero, y con Roque Mesa tras la lesión del astigitano. La entrada del exsevillista inyectó sensatez al plantel visitante, que cambió su esquema tras el descanso e infundió cierto nerviosismo. El nigeriano fue sustituido poco después, por un Carlos Fernández que devolvió los dos puntas a la disposición nazarí durante algunos minutos.

Mesa y Recio se quedaron sufriendo, ligados hasta el final del encuentro a Montoro y Yangel Herrera, soberbios durante todo el duelo. El valenciano marcó la pauta del choque y movió al equipo a su antojo. Buscó la guinda desde el centro del campo, con Soriano adelantado, pero el disparo se le marchó alto. El venezolano, por su parte, dio una clase magistral actuando como pivote. Pétreo en defensa e inteligente en ataque, equilibró a los nazaríes y se multiplicó para evitar problemas cuando el choque se rompía en un ejercicio físico loable. Lo probó también desde lejos, con el mismo resultado que su pareja en los minutos finales. Tendrá que sudar Yan Eteki para recuperar la plaza. La línea se asienta y se luce antes de un encuentro, el del Bernabéu, que se disputará en la zona noble de la tabla.