Yangel Herrera disputa un balón con Sergi Gómez durante el partido que enfrentó al Granada con el Sevilla en Los Cármenes. AFP
La Resaca

El todocampista más goleador del Granada cuesta 20 millones

El nuevo sistema con tres centrocampistas potencia a Yangel Herrera, sobre quien el club tiene una opción de compra alta

Lunes, 19 de octubre 2020, 01:01

1. Hay una sentencia en fútbol que se repite como un aforismo, pero que no siempre se cumple. Es aquella que dice que el jugador ... acaba actuando allá donde quiere. Suele pasar así, porque parece absurdo forzar a alguien a quedarse en un lugar que no desea al entenderse que no rendirá, pero esto no puede convertirse en una regla absoluta e infalible. Si fuera así, quizás Carlos Fernández seguiría luciendo el número 24 en una camiseta con rayas horizontales rojas y blancas, y probablemente Rui Silva no sería su compañero bajo palos porque habría volado a otros lares.

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2. Los clubes tienen posiciones que defender y sus gestores logran alterar pareceres cuando negocian, bajo maniobras de persuasión. Luego está otro factor clave: el dinero. La voluntad del futbolista asoma como determinante, pero son decisivos los euros que se pongan en la balanza. Son los que otorgan libertades y llenan las cuentas corrientes. Nadie regala nada y todos son profesionales, aunque tengan su corazoncito.

3. Carlos Fernández no volvió a Los Cármenes porque el Sevilla no aceptó una nueva cesión como fórmula de salida y sólo contempló el traspaso por unas cantidades prohibitivas para la economía actual de los nazaríes. Rui Silva se quedó, con su contrato expirando aún en 2021, porque el Granada se negó a aceptar las ofertas cursadas por el portero, muy alejadas de su cláusula de rescisión de 15 millones, teniendo que descontar, encima, el 20% para su equipo previo. Yangel Herrera sí regresó porque las circunstancias fueron otras, más favorables. Él apretó lo que pudo, la directiva peleó por su pase, pero pasaron varias cosas que pusieron el asunto de cara.

4. Todo hacía indicar que el venezolano acabaría en el Valencia, pero la situación de esta entidad echó abajo la operación. Primero, no tenía plaza libre para un extracomunitario. Segundo, tenía un terremoto en las oficinas que no invitaba a enrolarse allí, y que se ha confirmado con un panorama desolador. A partir de esto, el Granada maniobró bien, con paciencia y sin desistir, convenciendo a Herrera de que otro año en Los Cármenes sería muy favorable para sus intereses de futuro.

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5. La cúpula de mando tuvo tesón y, una vez que Yangel renovó con el Manchester City, cerró el nuevo préstamo. La opción de compra, que había sido de 15 'kilos' en el ejercicio previo, se elevó a 20. Lejos de la capacidad actual de las arcas rojiblancas, pero a lo mejor posible si la tendencia de crecimiento de la entidad sigue como hasta ahora. Para este planteamiento idílico, en cualquier caso, queda mucho aún. Una eternidad en este deporte.

6. Herrera sabía lo que hacía en lo deportivo. Retornaba a un club en el que había establecido lazos afectivos y conservaba un entendimiento total con el entrenador, quien había logrado potenciar sus capacidades. Diego Martínez y el director deportivo, Fran Sánchez, sabían que aún tenía mucho recorrido, que todavía no había alcanzado su techo. El técnico iba a construir un hábitat para que se desarrollara en su máxima expresión.

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7. En una entrevista con IDEAL la campaña pasada, al venezolano se le preguntó por la escasa coincidencia con Max Gonalons y Ángel Montoro al mismo tiempo sobre el césped, que sólo se dio en el encuentro de Liga en San Mamés de la primera vuelta. «Son excelentes jugadores con características distintas y me he sentido muy a gusto jugando con los dos. Bajo mi perspectiva jugamos mejor con dos en el medio, pero no sé qué hubiera pasado con más continuidad», expuso, pero con esa pregunta final al aire que ha quedado despejada ahora.

8. El nuevo sistema con tres mediocentros ha sido un estímulo para el colectivo y ha explotado la mejor versión de Yangel, sin correas para proyectarse en ataque. Con doble pivote, sus ocupaciones defensivas limitaban su llegada al área contraria. Con el respaldo de Gonalons y Montoro, más la frescura aportada por Luis Milla, el 'vinotinto' tiene licencia para ejercer el papel de 'box to box' –'de área a área', en la jerga inglesa– que siempre se le intuyó. De todocampista ha pasado a pichichi.

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9. En un deporte escrutado hasta el mínimo detalle, que convierte cada partido en una suerte de ajedrez y de estudio estadístico, rasgar las telas de araña de los rivales se complica sobremanera, pues los conjuntos trabajan bien todas las situaciones, desde la presión intensa arriba a los reagrupamientos más estrictos. Construir con criterio y generar ocasiones se dificulta ante ello, por lo que quedan otras dos alternativas. El talento individual que genera desequilibrio con un regate o un buen intercambio, o la capacidad de sorprender en movimientos furtivos rompiendo líneas.

10. Herrera pertenece a esa suerte de mediocentros que aparecen en el sector crítico del contrincante sin picar al timbre, con aplomo y una impresionante capacidad para el remate. Tiene muelles en las piernas y una frente como un yunque. Diego lo dosificó hasta el momento decisivo. Sabe cómo gestionarlo. Lo que desconocemos es dónde tendrá el límite. Pasa lo mismo con este equipo legendario.

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