Granada - Real Socieda B | La contracrónica
Solo falta PascualEl almeriense repite arriba pese a la recuperación de Bouldini, pero se ve gafado cuando a sus compañeros les entraba todo y sigue demasiado frío cuando el rival ofrece la oportunidad de reivindicarse a quienes lo necesitaran como él
Tampoco en la noche que el Granada despachó una 'manita' firmó gol alguno Jorge Pascual. El delantero almeriense repitió como referencia arriba de los rojiblancos ... pese a la recuperación de Moha Bouldini, pero continuó inane durante su reválida, gafado cuando a sus compañeros les entraba todo y demasiado frío cuando la Real Sociedad B ofreció la oportunidad de reivindicarse a quienes lo necesitaran como él. Queda ya claro que Pascual no es un '9', pero tampoco un '10', a la espera de que él mismo termine de definirse con otros números. Solo faltó él a la fiesta cuando la hubo.
Todo el mundo daba por titular a Bouldini tras su reaparición en Huesca pero Pacheta decidió mantener de inicio a Pascual, ya fuera rompiendo una lanza por él o echándole el guante precisamente para que se reivindicara. Quizás consciente de su reválida, además de la urgencia por ganar al fin en Los Cármenes, el atacante se llenó de balón en una primera ocasión sobre la frontal del área a los dos minutos de partido y justo antes del primer gol de Souleymane Faye. Cualquier aficionado a los videojuegos diría que apretó demasiado el botón.
Los dos siguientes goles del Granada aún en el primer cuarto de hora recrudecieron el intimísimo mal fario de Pascual. Un central de la Real B le arrebató de la mismísima frente la pelota que terminó en el segundo de Faye y también él perdió la que precedió el cañonazo de Rubén Alcaraz tras recuperarla el propio senegalés. No estuvo ni cerca en los de Álex Sola y Oscar. Por momentos parecía que solo a él se le iba fuera la bola, como tras un recorte en el área con su zurda o en un cabezazo que el flequillo de otro central le desvió al saque de esquina para dejarle implorando al cielo con los brazos extendidos.
Pascual experimentó momentos de auténtica crisis existencial mientras todos los demás se divertían. Por momentos ni ganaba balones ni los mantenía, y tampoco se imponía por velocidad. Lejos de ser el único que pensara en los niños de la Real –guiño a 'Los Simpson'–, el delantero apretó en la presión aunque por momentos lo hiciera apenas por estorbar. Ni la estaba oliendo arriba tras el descanso pero al menos se implicó atrás cuando el filial 'txuri urdin' amagó con reabrir el partido. Tener a Bouldini ya calentando en la banda no varió su incidencia, negado incluso al probar la puntería con el juego parado.
Asistir a Diego Hormigo, que definió como definen quienes no suelen verse en esas, fue lo último que hizo Pascual antes de dejar su sitio. El granadinismo le aplaudió el esfuerzo al menos porque tampoco estaba la noche como para pitar a nadie aunque algunos hicieran méritos durante la segunda parte. Ningún cambio alteró la decepcionante inercia con la que fue muriendo el encuentro, sin que los revulsivos ejercieran como tales; tampoco Bouldini, que no hizo mucho más de lo que venía haciendo Pascual al perseguir sombras porque nadie acompañaba.
Lo cierto es que el almeriense no viene ofreciéndole al marroquí demasiado pulso por la titularidad. Bouldini, al menos, carga el área con contundencia y obliga a otro central a seguir su marca con los espacios que eso puede generar para otro delantero. Aún tiene pendiente demostrar que el trueque de cesiones con el Deportivo de La Coruña por Stoichkov estaba justificado; y también Pascual tiene sus propios deberes, que son otros tras verse adquirido en propiedad. La visita de Las Palmas el viernes que viene aventura más aprietos que la de la Real Sociedad B, y quizás otro '9'.
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