Una enmienda a la totalidad

La propiedad del club y sus gestores tuvieron que tomar una decisión crucial. Resignarse a un destino triste y asumir el descenso para ir preparando la plantilla o intentar la proeza de luchar por la salvación. Se decantaron por esto último, espoleados por la llegada de Matteo Tognozzi con nueva energía. El plan está en curso y aunque todavía no está culminado, de momento se evidencia la mejoría en varias posiciones sin necesidad de hipotecar la economía del club a largo plazo. Si logra la salvación, podrá retener a varios de sus activos. Si no, no empezará de cero, pero sí tendrá que aceptar una nueva realidad que obligará a otra reconstrucción.

En septiembre, quedaba claro que los rojiblancos se habían quedado cortos en efectivos. El paso de los meses contrastó que el panorama era aun peor. Los porteros, que habían tenido actuaciones notables en Segunda, mostraron serias flaquezas. El lateral derecho que venía a competir con Ricard Sánchez, el portugués Wilson Manafá, llegó 'tieso' y jamás alcanzó un rendimiento acorde al que mostró en su día con el Oporto. Lo de Jesús Vallejo entra en una esfera íntima que él mismo no ha querido abrir por ahora, pero a efectos prácticos ha sido un contratiempo que el central fichado con cartel de dominante no haya jugado apenas. Gumbau y Villar han mantenido altibajos, mientras que Lucas Boyé ha trabajado hasta la extenuación en ataque, pero ha evidenciado que su producción goleadora sigue en los registros del Elche.

A todo se une que el salto de categoría lo ha notado la gran mayoría, salvo Bryan, aunque últimamente tenga actuaciones aciagas. Uzuni no encuentra las facilidades de antes y Callejón acusa los años. Sergio Ruiz y Ricard Sánchez sí han dado un paso al frente, como últimamente Ignasi Miquel. A los demás, les cuesta, con la afectación a la confianza que supone la falta de buenos resultados.

La revolución es evidente y aún quedan piezas por encajar. No es descartable que el Granada salte un día con un 'once' sin ninguna de las caras nuevas de la anterior ventana. Ahora se percibe la mejoría, pero el margen de error es tan mínimo que el objetivo está comprometido.