Puertas, desencadenado

El partido comenzó con bastante movimiento en las áreas. Rafa estuvo cerca de adelantar a los madrileños con un cabezazo tras centro desde la banda de Enzo Zidane que salió fuera por muy poco (m.4) y Ramos cabeceó un saque de esquina al lateral de la red, aunque antes de que la afición gritara el 'uy' el balón tocó en un defensa y por tanto el colegiado volvió a señalar la posición de saque de esquina.

El Granada volvió a presionar arriba y a dificultar la salida de balón de un Rayo Majadahonda que llegaba con la moral por las nubes al Nuevo Los Cármenes, pero que no pudo detener la exhibición de un jugador que en estos momentos es la viva imagen de la felicidad: Antonio Puertas. Corría el 21 de partido cuando Ramos abrió un balón a la banda derecha y por allí apareció Puertas como un misil, encaró solo a Ander y le batió con un disparo raso (1-0). El equipo de Diego Martínez no necesitó de preciosismos para convencer en esta primera mitad. Le bastó con volver a ser un grupo compacto, bien cohesionado, sin fisuras en defensa y, además, con sus centrales en estado de gracia a la hora de marcar goles. Pablo Vázquez se estrenó en el partido anterior y en este fue Martínez el que marcó su primer gol como rojiblanco, al cabecear en el área otro pase de cabeza de Germán a la salida de un córner. Fue la última acción de peligro de la primera mitad.

En la reanudación con Ramos lesionado y teniendo que salir del terreno de juego, Puertas quedó como hombre más adelantado y el almeriense marcó un gol de 'nueve' al aprovechar un sensacional pase filtrado por Montoro para plantarse solo ante el guardameta y regatearlo, marcando a placer el tercero de su equipo y el quinto en su cuenta particular esta temporada. Desde entonces el contador de ocasiones claras de gol dejó de funcionar pero aún hubo tiempo de que el público hiciese la ola, le rindiese una ovación atronadora a Álvaro Vadillo o se asombrara con un caño de Víctor Díaz, que además pudo marcar el 4-0 con un remate que no ajustó lo suficiente a la escuadra de Ander. Este Granada ilusiona, agrada a su hinchada y si es capaz de mantenerse invicto en Riazor demostrará que lo suyo va muy en serio.