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Luís Maximiano en un entrenamiento del Granada. PEPE MARÍN
«No hay porteros ni personas perfectas, pero hay que intentar hacerlo lo mejor posible»
Luís Maximiano | Granada CF

«No hay porteros ni personas perfectas, pero hay que intentar hacerlo lo mejor posible»

El club emite una entrevista con el portero rojiblanco, que se muestra muy feliz y satisfecho con su arranque de temporada y su adaptación a la ciudad

Fran Rodríguez

Granada

Lunes, 25 de octubre 2021, 17:18

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Luís Maximiano es uno de los grandes nombres propios de este Granada. Y eso que apenas lleva unos meses como rojiblanco, pocos partidos que han servido para justificar la inversión en el portugués. El portero con mejor porcentaje de paradas en lo que va de liga se ha prestado a una entrevista con el club para conocer más de sus orígenes y el momento actual que atraviesa como guardían nazarí.

«Me siento muy bien, un cambio siempre tiene su periodo de adaptación, pero la ciudad y el club me ayudaron. Mi novia y yo nos sentimos muy bien y queremos seguir aquí», explica el meta sobre sus primeros días en Granada, donde apenas tardó unas horas en recuperar la sonrisa. Y es que para nadie es sencillo dejar su hogar y un club para el que siempre soñó jugar. «Yo era un jugador muy querido en Portugal y en mi club y sentí ese cariño cuando salí. La gente se quedó triste y yo un poco también, pero había que buscar nuevos capítulos y estoy muy contento en Granada», reconoce acerca de aquellos días en los que se fraguó su fichaje. Un traspaso bendecido por el granadinismo, cautivado por sus intervenciones y su profesionalidad. «La afición está contenta conmigo. Quiero seguir mejorando y dar muchas alegrías», apunta.

Dentro de esa profesionalidad destaca un manejo increíble del español aunque, como reconoce, nunca dio clases de castellano. «Lo hablaba con mis compañeros del Sporting. Fui cogiendo cositas y ahora estoy mejorando aquí», detalla con una sonrisa y sin aparente esfuerzo a la hora de construir las frases y evitar la repetición de palabras.

A esta insólida adaptación tan productiva ha ayudado también el vestuario y las instalaciones que se ha encontrado en Granada. «Estamos trabajando muy bien, las condiciones son muy buenas para que un jugador crezca y esté a su mejor nivel», abunda Maximiano, que prefiere no centrarse en un solo aspecto de su juego y mejorar todos. «Intento ser el portero más completo que puedo, tengo que trabajarlo todo. Siempre hay espacio para mejorar. No hay porteros ni personas perfectas, pero hay que intentar hacerlo lo mejor posible», reflexiona el luso, que da importancia al trabajo mental. «Lo hago en casa, trabajo mi mentalidad para lidiar con los fallos y con la presión. Es muy importante en el fútbol», desvela.

Seguro que también aportó a su gran aterrizaje en la entidad nazarí su conexión con otro león sportinguista como Domingos Duarte, al que tuvo la mala suerte de lesionar en aquel fortuito golpe en Balaídos. «Son cosas que pasan y siempre es malo que se lesione un compañero. Domingos aún no está bien, es una tristeza del fútbol chocar con un compañero y caer los dos lesionados. Fue mala suerte», asevera con preocupación, aunque recupera su faceta más bromista al ser preguntado cómo va a compensarle al defensor ese choque. «Le compraré un cuello nuevo, que es lo que le he fastidiado, ¿no?», bromea para rápidamente decir que quizá sea mejor «una cena».

Orígenes

Luís Maximiano es aún joven, pero cuenta ya con un carácter marcado y una determinacion absoluta. Guarda un profundo respeto a sus compañeros de demarcación, por lo que no se puede quedar con uno. Eso sí, como todo niño, tuvo su referencia. «Siempre me gustó y me gusta Rui Patrício. Crecí viéndole en el Sporting y tenía el sueño de jugar como él. Ahora somos amigos y hablamos bastante», desvela.

Rui Patrício es uno de esos porteros que se hicieron leyenda en el club lisboeta, pero Maximiano quería hacer la suya propia, empezando por portar un número inusual. «Cuando empecé a jugar en el filial tenía que elegir número y cogí el 81 sin ninguna razón especial. Me fue bien y subí al primer equipo con ese dorsal, empecé a jugar y me fue bien también. El año pasado me preguntaron si quería coger el 1 y dije que me quedaba con el que tenía. Yo quería hacer una historia diferente, con un número propio», revela sobre dos cifra que ya le acompañan siempre, aunque en la selección y en LaLiga no pueda ir más allá del 25.

En sus inicios, Luís estaba también destinado a proteger la portería. O más bien al portero. «Empecé de central con 6 años, pero me gustaba tirarme al suelo. Un día dije que quería cambiar a portero, pero no era hierba, era tierra y mis padres decían que no, que iba a llegar muy sucio. Pero les dije que era lo que quería», recuerda sobre su infancia, de la que le quedan sus amigos y familiares y esos años en el club de su pueblo. Pronto le llamó la escuela del Sporting. «Mis padres me presentaron la posibilidad, pero no sé si querían que me fuese de casa porque estaba lejos. Me decían que no me iban a cortar la posibilidad, en el momento dije que sí porque sabía que era una gran oportunidad en un gran club para conseguir mi sueño. Me dejaron irme aunque les costaba mucho», asume. «Me sentía feliz y me costó mucho dejar mi casa con 13 años para seguir mi sueño. Ahora, mirando atrás, veo que fue la mejor decisión», rescata.

Después llegaron los primeros títulos de su carrera con la selección portuguesa (desde la sub 15 a la sub 21) y en el Sporting. «Hay muchas cosas que se pueden pedir, solo estoy empezando. Si todo va bien, tengo una gran carrera y hay muchas cosas que hacer para mejorar y títulos que ganar. Hay tiempo. Ahora me enfoco en trabajar cada día y cada partido, no me gusta mirar mucho atrás ni muy al futuro, pasito a pasito», afirma el portero del Granada, que tiene un bonito mensaje final para los más pequeños y pequeñas.

«Mi mayor lección es que nunca se ha de desistir y siempre debes creer en ti y en tus sueños. Es muy fácil decirle a los niños que llegar a profesional es difícil, pero el mensaje que intento pasarles es que sí que es posible si creen y trabajan bien. Lo hice yo, que soy una persona normal», dice quien ya se ha acostumbrado a hacer lo inusual bajo palos. Un portero sencillo y humilde con un gran futuro por delante.

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