Orellana vuelve a Los Cármenes perseguido por la controversia

A sus 34 años es una pieza esencial en el Eibar. Es el máximo artillero del cuadro armero, así como su máximo asistente, con seis pases de gol repartidos. El juego ofensivo de los de Mendilibar pasa en buena medida por sus botas, que, sin embargo, podrían no terminar la campaña en Ipurua. Su vinculación con el conjunto eibarrés finaliza el próximo miércoles, sólo tres días después de pisar Los Cármenes, y todavía no ha acordado su extensión hasta que acabe la campaña. Es más, su futuro, según apuntan varios medios, estaría en el Valladolid, club con el que ya habría firmado su nuevo contrato.

Es la última tormenta en una carrera llena de chubascos. Se incorporó a un Granada de de regreso al fútbol profesional tras descender a Segunda división con el Xerez, en el verano de 2010. Se asentó en su primera campaña como enganche en el esquema de Fabri, pero alternó actuaciones de calidad con partidos en los que pasó desapercibido y tres cartulinas rojas que le convirtieron en el jugador más expulsado de la categoría, igualado con Siqueira y otra decena de jugadores. Jugó 39 partidos, 36 de ellos como titular, y anotó ocho goles, algunos tan importantes como el que marcó al Celta en la promoción de ascenso.

Sus dos facetas le hicieron salir del club al curso siguiente, precisamente para recalar en el Celta, donde acabó sintiéndose cómodo. En Balaídos firmó las mejores cifras goleadoras de su carrera, que contribuyeron al ascenso del conjunto vigués y le ofrecieron una segunda oportunidad en Granada, ya en Primera. En su segunda etapa en el club rojiblanco, en la temporada 2012/2013, se diluyó hacia el ecuador del curso, a pesar de que comenzó siendo una pieza importante para Anquela, por lo que regresó al Celta en febrero.

'El Poeta', como es apodado, creció a la par que el cuadro celeste, hasta llegar incluso a jugar en la UEFA Europa League. Llamó el interés del Valencia, que le incorporó en invierno de 2017, pero un año después recaló en Eibar.