Respeto, por favor

No estoy hablando de política, pero también podría. Lo hago sobre el arbitraje que rige actualmente en el fútbol español y lo está apeando del podio europeo al plagar esta liga con decisiones escandalosas que invitan a abandonar los estadios y a apagar la televisión.

Uno de los equipos que las viene sufriendo es el Granada como quedó refrendado en Valencia, donde precisamente se recuperó esa mejora en el juego que posteriormente se había diluido. Se volvieron a juntar las líneas y se mantuvo el mismo sistema, lo que facilitó la cohesión y el orden.

No mereció el Granada ganar en Mestalla, pero tampoco perder. Un punto que, de haberlo conseguido, hubiese reforzado el ánimo del equipo tras su triunfo en Copa, más allá de la alineación indebida.

Lo inaceptable es que se produzcan errores arbitrales tan clamorosos como el penalti de Mestalla, precisamente cuando los árbitros están pitando con red como hacen los trapecistas. Una red, la del VAR, con demasiados agujeros por los que se vienen desaguando la igualdad, la verdad y sobre todo la justicia en el terreno de juego.

Lo más llamativo en Valencia fue la burla sufrida por el bisoño García Verdura a manos del delantero centro valencianista. Una humillación bochornosa que además debería acarrear sanción para el colegiado y hacerla extensiva a Del Cerro Grande, que con sus decisiones desde el VAR está manchando su excelente trayectoria sobre el césped.

Tradicional, y seguro que inconscientemente, la percepción es que los árbitros perjudican más a los equipos que están en zona de descenso. Será cosa del subconsciente. También cabría la interpretación de una falta de respeto al más débil. Inaceptables ambas.