Más preguntas que respuestas tras el mercado

Nadie debe de olvidar que los males del Granada van más allá de si el portero para más o menos o si de la defensa es lo suficientemente contundente. El verdadero mal del Granada supera el ámbito del terreno de juego: carece de capacidad económica y deportiva para retener el talento.

Desde la institución se ha vendido la ocasión del mercado de invierno como la opción de mejorar el equipo y así evitar mayores críticas ante su pésimo rendimiento. Sin embargo, una vez se ha abierto el escaparate, el Granada se ha visto preso de sus propios males y, como ya pasó en verano con Samu Omorodion, ha perdido en este mercado de invierno el resto del talento que quedaba en la plantilla.

El equipo mejoró indudablemente con las incorporaciones de Augusto Batalla, Bruno Méndez y Martin Hongla, casualmente (o no) las tres primeras incorporaciones que realizó en enero; pero empeoró con las salidas de Álvaro Carreras y Bryan Zaragoza, dos mazazos a los que, viendo lo visto, la directiva no fue capaz de dar respuesta. Es cierto que ahora el Granada defiende mucho mejor, pero también lo es que posee recursos mucho más pobres en ataque. Por tanto, ¿se han cubierto las expectativas? ¿Esto es con lo que soñaba Paco López? ¿Cumple con lo que solicitaba Medina? ¿Es este Granada de invierno tan superior al de verano, como se esperaba?

Una vez más, el mercado de fichajes del Granada abre más preguntas que las que cierra.