Un nuevo escenario también para Alberto Soro

En la Segunda división fue donde brilló este mediapunta de espíritu ofensivo cuando el Granada puso sus ojos sobre él y lo incorporó pagando un traspaso de casi dos millones al Real Madrid para que complementara aquella media de ensueño a la que tanto rendimiento le sacó Diego Martínez. Fue en la temporada 2019/20 cuando, jugando en las filas del Real Zaragoza, deslumbró a propios y extraños siendo el socio perfecto de compañeros como Puado, Javi Ros o el hoy también rojiblanco Luis Suárez. Tenía 20 años y terminó jugando 34 partidos de Liga bajo la dirección de un sabio del fútbol como Víctor Fernández, que supo sacarle partido como mediapunta y como extremo.

Esa versatilidad también intentó aprovecharla Diego Martínez, que en el curso más extraño de la historia del Granada –ese 2020/21 en el que el club jugó la Europa League en estadios vacíos a causa de la pandemia de coronavirus – le dio la oportunidad de participar en un total de 28 encuentros en los que anotó tres goles. Soro no le arrebató la titularidad a atacantes como Machís, Kenedy o Luis Suárez, pero demostró ser un relevo válido para todos ellos con actuaciones interesantes que le valieron la confianza del 'chamán' en muchos partidos oficiales, aunque casi siempre desde el banquillo.

Tuvo confianza en su talento como mediapunta y en su entrega cuando le tocaba caer a banda Robert Moreno, que le dio la oportunidad de jugar 13 partidos de la pasada campaña (ocho de ellos como titular). Esa capacidad de ser útil al equipo como titular o como suplente no fue percibida o aprovechada ni por Rubén Torrecilla ni por Aitor Karanka, que en sus períodos al frente del equipo le utilizaron durante 42 y solo dos minutos respectivamente.

Fue sin duda un final de Liga amargo para Soro, desterrado de las alineaciones y testigo desde el banquillo del descenso del equipo. Ahora que se aproxima la temporada 2022/23, se le presenta una nueva oportunidad de triunfar en Granada. El maño quiere aportar goles y asistencias a un equipo necesitado de estímulos positivos tras el reciente chasco, algo que sin duda puede ser esencial para su futuro personal y para el bienestar de un Granada que, de momento, es un puzle aún por armar.