El banquillo aporta, y mucho

Una semana después, en Elche, los rojiblancos también tuvieron problemas durante los primeros 45 minutos. Los locales dominaron pero sin crear excesivo peligro, mientras que los visitantes poco a poco fueron ganando terreno e imponiendo su criterio. La única pega fue el lateral zurdo, donde Sissoko tuvo muchos problemas para contener a Rodrigues, así que Foulquier fue el encargado de tapar el costado zurdo tras el descanso. Pero el verdadero movimiento efectivo fue la introducción de Javi Márquez por Rochina y de Yuste por Iturra, que dio equilibrio al Granada y permitió dominar hasta el final e incluso adelantarse en el marcador con un gol de Fran Rico. Luego se escaparía la victoria en un fallo defensivo en el descuento.

El pasado domingo se repitió la fórmula. La baja de El Arabi se notó en exceso arriba, así que Caparrós apostó por Ortuño y Success, pero nunca llegaron a entenderse como esperaba, así que en el receso dejó en el banquillo al joven nigeriano para dar entrada a Machís. Como ocurriera en el Martínez Valero, el cambio posterior de Javi Márquez por Piti fue el más significativo, porque con tres centrocampistas el Granada contrarrestó el juego del Villarreal en la medular y disfrutó de su mejores minutos. El arreón final se quedó sin premio, pero las buenas sensaciones se multiplicaron cuando los rojiblancos comenzaron a mandar. La preparación física también está siendo fundamental para llegar a los tramos finales de los partidos más frescos que el rival. Siempre hay alternativas, buena noticia.