Una ilusionante revelación para romper la 'profecía'
el rival ·
Los madrileños, liderados por Juan Esnáider, tratarán de vengar al Badajoz del curso pasado que hizo un idéntico camino para caer a manos de los nazaríesFran Rodríguez
Granada
Viernes, 22 de enero 2021, 17:29
Como si fuese un cuento de castillos, dragones y maldiciones, el Navalcarnero y el Granada entrelazaron sus destinos sin ni siquiera saberlo, aquella noche ... en que los de Diego Martínez vencían, no sin esfuerzo, al Badajoz. Desde entonces, los rojiblancos fueron héroes para los granadinos, pero villanos para la clase obrera del fútbol, que ponía sus esperanzas en que el equipo pacense avanzara rondas. Más adelante, ya ante históricos del fútbol patrio, Granada y Mirandés se hicieron con la simpatía de la gente que lucha contra lo establecido.
Pero, si esto fuese una superproducción cinematográfica, aquella misma noche que cayó el Badajoz, nació en un reducto madrileño un propósito, revitalizando un club sexagenario. Empezó la curiosa historia del Navalcarnero, con el azar llevándole por el mismo camino, idéntico, que al Badajoz. De hecho, la narrativa no puede estar mejor hilada, pues en la primera ronda de Copa de este curso se producía el relevo. El Naval, como es apodado, recibió al Badajoz, echándole de la competición con un solitario gol de Esnáider.
En segunda ronda, los de Luis Ayllón eliminaron a Las Palmas, tal y como los lobos del Vivero habían hecho un año antes. Pero la coincidencia no se quedó ahí y si los pacenses habían tenido que batir al Eibar para colocarse entre los 16 mejores del país, el Navalcarnero no sería menos. El Eibar viajó a la modesta localidad madrileña y, como los romanos en la Galia, salió despedido, volando sobre las murallas, en una segunda parte colosal de los rojiblancos. Dos grandes goles de Esnáider incitaban al azar a hacer el resto. La suerte recogió el guante y el propio jugador cogió la bola de su conjunto y a continuación la del Granada. Ahora sí, el camino estaba alcanzado. Pero no la meta, pues el objetivo de los navales no es emular al Badajoz sino superarlo.
El CDA Navalcarnero es un equipo de sobra conocido por los amantes de la Segunda B y la Tercera. Fundado en 1961, no fue hasta finales de los 80 cuando consiguió escapar del fútbol provincial. Un asiduo a las primeras rondas de Copa, con una afición fiel que puebla de color y fe las gradas del coqueto Mariano González (1.500 espectadores). El campo, algo que seguramente no convencerá a los granadinos, es de césped artificial. En cuanto a la temporada en curso, su ilusionante aventura copera no les está pasando factura en Liga, donde marchan terceros del subgrupo 5-A de Segunda B.
Ahora, el equipo se ha refugiado en sus mejores características, con un fútbol intenso donde se aprovecha todos y cada uno de los errores del contrario. El Navalcarnero está capacitado para resguardarse atrás, con dos líneas muy bien definidas en su campo, sin dejar grietas, una defensa expeditiva y los hombres de las bandas acudiendo siempre a las ayudas. La referencia de los buenos delanteros con los que cuenta posibilita jugar balones en largo, pelearlos y, una vez ganados, lanzar el contragolpe. Sin embargo, si el guion del partido cambia y se les otorga la custodia de la pelota, saben qué hacer con ella. Para muestra, el segundo tiempo ante el Eibar, donde dos jugadas rápidas y combinativas sirvieron para poner el 2-1 y sentenciar con el tercero.
En la Copa, Ayllón está mezclando en su 4-4-2 a aquellos jugadores suplentes en Liga, como el portero Néstor –inédito en Segunda B pero fijo en el torneo del KO– con algunos puntales. En el centro de la zaga encontramos a Manu Jaimez acompañado de Cavafe, centrales altos y hechos a una categoría donde no se rehuye ninguna refriega. Calarge y Álex Alonso son laterales de gran recorrido, destacando la puntualidad del izquierdo, Alonso, en sus incorporaciones ofensivas. Ha puesto ya dos asistencias en Copa.
En el centro del campo, una línea compacta, con todos a una misma altura donde Manu Monteagudo y David Rodríguez ejercen a la vez roles de destrucción y construcción. Esta dualidad es una máxima también para los interiores, que cubren con eficacia las subidas de los laterales. Ramón es, quizá, el mejor jugador en la medular, siempre escorado a una banda para aprovechar su buen golpeo para sorprender al portero desde lejos o poner buenos centros. En la otra banda no hay tanta regularidad. Ayllón cuenta con más variedad, pues tanto Daniel del Moral como Gonzalo son buenos complementos.
Apellidos con legado
Fran Pérez actúa como segundo delantero, un paso por detrás de la auténtica figura futbolística y mediática del Navalcarnero. Se trata de Juan Esnáider, hijo del mítico Juan Eduardo Esnáider que dejase su huella como jugador en el Real Madrid, el Zaragoza o el Atlético. También protagonizó un sorprendente y sonado fichaje por la Juventus. Colgadas las botas, se afincó en Madrid, donde se formó como entrenador y dirigió al Zaragoza, el Córdoba y el Getafe.
Sus hijos, entre ellos Juan Esnáider, ya nacieron en Madrid, donde crecieron y pasaron a engrosar las filas de las canteras más prestigiosas de la capital. El delantero que amenazará al Granada pasó por el Real Madrid y el Villarreal en categorías inferiores. Regresó a casa para jugar en el Rayo Majadahonda. Con Esnáider y el resto de la plantilla rayista entrenaban varios juveniles y entre ellos destacaba, más por su juego que por su apellido, Luis Milla. El ahora centrocampista del Granada compartió en aquellos días vestuario con el punta del Naval. Uno controlaba el tiempo, imberbe pero maduro sobre el césped, emulando a su padre pero con más golpeo. El otro, rematando la faena en el área rival, tratando de mejorar los registros goleadores de su padre.
A Esnáider, que pasó un año por el CF Las Rozas, después le llegó la llamada del pasado de progenitor y firmó por el Zaragoza B. Llegó a debutar en Segunda con el primer plantel maño. En 2018 llegó al Navalcarnero tras pasar por plazas como Toledo, Huesca o Mérida. Ahí ha asentado su carrera, siendo el referente para una afición que le idolatra y disfruta de su buen juego de espaldas, su astucia para ganar su sitio en el área y su fenomenal remate de cabeza. Todo un peligro en el que se apoyará el Navalcarnero para superar el camino del Badajoz, aunque el Granada no se lo querrá permitir.
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