Maximiano y Ledesma: duelo entre dos porteros con mucho trabajo

No deja de ser sintomático que, habiendo disputado tres partidos menos, Luís Maximiano haya hecho más paradas que Conan Ledesma, 85 por 82. El luso puso sus pies en Granada por primera vez mientras el equipo debutaba en el ejercicio en el Estadio de la Cerámica de Villarreal, filtrada su primera fotografía como rojiblanco con el balón aún en juego. Le costó dos jornadas desbancar a Aarón Escandell, suplente de Rui Silva las tres temporadas anteriores. Vio desde el banquillo el empate ante el Valencia en Los Cármenes y la goleada del Rayo en Vallecas, pero desde que se estrenase antes el Betis en el Zaidín, justamente ante Rui Silva, no ha vuelto a sentarse más que en la Copa del Rey frente a Laguna y Mancha Real.

Desde entonces padece la fragilidad de su equipo, al que más disparan en Primera con 391 tiros en las 25 jornadas que van de temporada. Le sigue el Cádiz, con 350, todos sufridos por Conan Ledesma, uno de los pocos futbolistas de la categoría que ha disputado todos los minutos posibles hasta ahora. Le acompañaba, como único jugador de campo, su compañero 'Pacha' Espino, pero el lateral izquierdo cumplirá sanción este lunes en Los Cármenes.

Con tremenda carga de trabajo, Luís Maximiano ha concedido 34 goles en lo que va de ejercicio por los 39 de Conan Ledesma. Sin embargo, el cadista sí ha sido capaz de dejar su portería a cero en seis ocasiones, por las cuatro del granadinista. A Maximiano le computa, precisamente, la que mantuvo en Balaídos durante 77 minutos hasta el choque con Domingos Duarte que dejó a ambos KO. Le sustituyó Aarón Escandell y este, aunque apenas fue exigido, anduvo frío ante un disparo de Denis Suárez que le batió en el tiempo añadido.

Luís Maximiano y Conan Ledesma comparten un rasgo en común como guardametas: la espectacularidad de la que son capaces en sus paradas. Ambos han dejado imágenes impresionantes al desviar balones que parecían superarles sin más remedio, con reflejos felinos, a veces desde muy cerca. Aun así, también son diferentes. Ledesma es un portero imprevisible, capaz de lo mejor pero también de lo peor, poco ortodoxo en ocasiones, como cuando decide intervenir con los pies en lugar de con las manos para alguna parada. Maximiano, en cambio, sí que trata de imponer su sobriedad bajo palos más allá de la rapidez que exhibe. El luso prioriza no complicarse, aunque el juego con los pies le pasó alguna mala jugada en sus inicios. Un aspecto del juego que se esmera por perfeccionar.