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Hecho del material con el que se forjan los sueños
El Granada somete al Barça en un magnífico ejercicio lleno de eficacia y solidez que le permite pasar la noche en lo alto de la tabla clasificatoria
Rafael Lamelas
GRANADA
Domingo, 22 de septiembre 2019, 02:05
Fue real, nada de fantasía. Y si quieren asegurarse, miren la clasificación, aunque el privilegio vaya a durar poco, hasta que empiece el partido en ... el Sánchez Pizjuán. Comentó Diego Martínez en la víspera que el Granada y el Barça pertenecían a universos diferentes. Lo que no se sospechaba es que este gallego y sus muchachos iban a llevar a la hinchada rojiblanca hasta otra dimensión para poner el mundo al revés. Su equipo sometió al conjunto azulgrana y durmió en el liderato tras un impecable ejercicio de sobriedad y constancia. No es producto de la imaginación del más optimista de los granadinos. Estos tipos recios, que se enfundan bajo su camiseta, y su fino estratega, camino del mito, han construido un bloque del material con el que se forjan los sueños.
Fue un espectáculo agotador para el público local, aun con el final feliz. Resultó extenuante contemplar cómo sus chicos soportaron el asedio sin vencerse jamás. El Granada se adelantó muy pronto, en el primer minuto del encuentro, y se protegió como si defendiera El Álamo, o como aquellos 'últimos de Filipinas' que una vez sirvieron de metáfora para describir a los seguidores que se mantuvieron fieles a este escudo en los tiempos de Tercera división. Tiempos lejanos, bajo tierra ya, pero que conviene recordar para ponerlos en perspectiva y valorar este tipo de hazañas ante los colosos del fútbol. Se logró en 2014, con Lucas Alcaraz al frente, y se revalidó en 2019 con Diego Martínez, con el técnico granadino observándolo desde el palco de Los Cármenes como invitado, dando su bendición a este gallego que día a día se gana el honor de tener un espacio con su imagen, junto a él, en la puerta de los entrenadores del estadio.
Granada CF
Rui Silva; Víctor Díaz, Germán, Duarte, Neva; Azeez, Yangel Herrera (Gonalons, m.83), Montoro; Machís (Vadillo, m.62), Antonio Puertas y Soldado (Carlos Fernández, m.56).
2
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0
FC Barcelona
Ter Stegen; Semedo, Piqué, Lenglet, Junior (Ansu Fati, m.46); Rakitic (Arturo Vidal, m.62), Sergi Roberto, De Jong; Carles Pérez (Messi, m.46), Luis Suárez y Griezmann.
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goles 1-0, m.2: Azeez; 2-0, m.66: Vadillo (de penalti).
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árbitro Cuadra Fernández (colegio balear). Amonestó a los locales Soldado, Yangel Herrera y Carlos Fernández así como a los visitantes Luis Suárez y Piqué.
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incidencias Partido de liga disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 18.880 espectadores (cifra oficial).
Lo ocurrido seguro que lo proyectó Diego en su mente previamente, porque respondió a cada impulso que pudiera planear. Para empezar, la triple conexión que explica la magia de este Granada. La correlación entre el mensaje del técnico y la ejecución de sus futbolistas, y la que engarza con la gente en la grada, eufórica como pocas veces, ilusionada hasta un nivel estratosférico. Queda mucho, pero este grupo de gladiadores no se pone límites. Su gente los lleva en volandas también. Se pidió que la afición compitiera y también lo hizo.
Ramón Azeez fue clave de bóveda en la arquitectura del equipo. Empleado como sustituto del lesionado Fede Vico, pasó a ser en realidad un brazo más entre los remeros del centro del campo. Lo que tampoco se podía intuir es que sería quien abriría el marcador a los pocos segundos del inicio.
Rui Silva sacó en largo y Antonio Puertas se batió en un duelo aéreo con Lenglet, en el que chocaron por la zona meridional. El francés se quedó lastimado, pero no hubo ni falta ni VAR que lo rectificara luego. El balón rechazado lo recogió Soldado, con Junior Firpo a la chepa. El chaval, recién llegado del Betis, tenía la difícil papeleta de suplantar a Jordi Alba. En dos lapsos, quedó desfigurado y se deprimió hasta que fue sustituido al descanso.
Primero no supo aguantar a Soldado, que adivinó el avance de Puertas al espacio. Le filtró el esférico y el almeriense arrolló al desangelado Junior, fuera de vía. Cuando le tocó ultimar, el 'diez' buscó un centro al área que rozó en Piqué y adquirió una comba inesperada. La elevación sorprendió a Ter Stegen. Una parábola que se encargó de embocar Azeez con la testa, llegando desde atrás en estampida.
El Barça se quedó estupefacto y demandó al árbitro que revisara el inicio de la secuencia, pero Cuadra Fernández pasó del vídeo. El escenario idílico, la ventaja de los anfitriones, inquietó a los azulgranas. Pocos manejan estas situaciones como el Granada. Pronto se encargarían de refrendarlo.
Arrancó un largo acto de control del Barça pero sin ninguna profundidad. Valverde había planteado un encuentro largo, reservando de inicio a Messi y Ansu Fati. Dio rienda a otro canterano, Carles Pérez, al que se comió Carlos Neva, debutante en el lateral, crecido. Se tomó tan en serio frenar al juvenil como si le hubieran plantado al astro argentino directamente.
De Jong y Rakitic extendieron su manto en la medular, dos rubios inteligentes, pero sus amenazas se convertían en susurros al llegar a Rui Silva. Luis Suárez quiso llevar la historia a lo visceral, pero se topó con un imperturbable frontón. Los seguidores azulgranas aguardaban a su nuevo tridente, la MSG, que suena a masaje pero que, de momento, es Messi Sin Gas. Griezmann quería comer en su mesa pero por ahora no le da ni para compartir un asado, apenas para echar una partida al Fortnite. Algo pasa con los atacantes que salen del Atlético del Madrid, como si el Cholo se quedara con pedazos de su alma y se convirtieran en espectros allá donde van.
El Granada no se conformó con acantonarse, sino que escupió fuego cuando vio salida. Machís buscó su velocidad de crucero, que es la del Concorde, pero Valverde le había puesto un doble cepo con Sergi Roberto y Semedo. Aminoró la marcha más de una vez, para desatarse en la segunda mitad hasta llegar al colapso. Fue sustituido. Habrá que ver qué tiene.
Este cuadro hace hermosa una cobertura. Contagia entusiasmo con su solidaridad. También son humanos, flaquean, pero siempre hay un amigo al lado para sostener el escudo. La resistencia quedó comprometida cuando Messi y Fati saltaron al ruedo. Más dinamita y un quebradero para Víctor Díaz con el guineano. Su danza tribal puso a prueba su cadera, pero el lateral dio la talla.
A Messi le pusieron mil ojos y Soldado comenzó a enzarzarse en acciones fuera de tono que le llevaron a la amonestación. Entró Carlos Fernández por él, aunque los cambios claves vendrían después. Entró Vadillo en el Granada y Vidal en el Barça. El gaditano sirvió una falta cerrada al área que el chileno interceptó con el brazo. Al colegiado le pasó todo rápido delante y no señaló nada, pero le llegó un cuchicheo por el auricular. Un penalti que Vadillo quiso chutar para mejorar el panorama.
Messi fue el único capaz de lanzar a puerta ante Rui Silva. No le dejaron ni un resquicio más. Los demás siguieron frustrados. Algunos hablarán de milagro, pero lo del Granada fue trabajo y trabajo. Se dice que algunos culés granadinos salieron por patas antes de tiempo, directos a la tienda del club. Dispuestos a abjurar de los colores del grande y abrazar los de su tierra. Este equipo convierte a su causa al más pintado. Es puro amor propio.
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