Lanzados
AL LORO ·
Creérselo es bueno para ser ambiciosos pero malo por si se duermen en los laurelesLa consolidación del Granada entre los mejores de la categoría obedece a varios factores, entre ellos, bajo mi punto de vista determinantes, la labor silenciosa ... y humilde del entrenador Diego Martínez, la unión del grupo, de un vestuario que comparte el mismo anhelo, plantilla que se ha equilibrado con calzador por la estupenda predisposición de los jugadores, a los que no les ha importado cambiar de puesto o función, el talento y la inspiración sin duda de los profesionales, su trabajo constante, buen aprendizaje de los sistemas y esquemas tácticos, entrega y lucha permanente y, por encima de todo, una actitud positiva siempre frente a los obstáculos e inconvenientes que se han presentado.
Por eso el Granada se ha instalado entre los aspirantes al ascenso. No era el objetivo inicial pero su gran primera vuelta rayó a la altura de los candidatos. El equipo ha sabido sobreponerse a un ligero bache, más de resultados que de juego, coincidente con avatares, detalles y circunstancias del azar y la ausencia obligada de piezas vitales, casos de Montoro, Ramos, varios defensas... La reacción a la 'mini-crisis' fue portentosa. Nueve puntos consecutivos, con la 'ayuda' del triunfo 'garantizado' del Reus, alimentan la ilusión. El entrenador del Rayo Majadahonda lo dijo: «Tienen jugadores de Primera». Creérselo es bueno para ser ambiciosos pero malo por si se duermen en los laureles. Ser de Primera o Segunda depende mucho de la conducta. Y es un plus la recuperación de la 'segunda línea'.
El Granada se mueve con soltura cuando se adelanta en el marcador. Se muestra sólido atrás, maneja los ritmos, sale con verticalidad al contragolpe. Es un Atlético, correoso y peligroso. Los rivales con buen gusto por el balón, amantes del dominio, se le dan de dulce. El Zaragoza pertenece a esa filosofía, más si cabe con Víctor Fernández que Lucas Alcaraz.
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