LaLiga repasa en Granada los retos superados y vislumbra un futuro optimista

También hubo palabras sobre Granada, una ciudad en la que se nota el impacto de tener al club en Primera. «Se ve en el empleo indirecto y directo que genera, la economía que deja en la ciudad por las aficiones que vienen. Eso se nota a nivel global y creo que en Granada lo podéis apreciar con respecto a cuando el club ha estado en Segunda. Solo hay que mirar un fin de semana como este con el deporte profesional. El Granada jugando contra el Villarreal a las 2 y por la tarde las semifinales de la Copa del Rey de baloncesto», ejemplificó aprovechando el ambiente de la ciudad.

También se mantuvo correcto al abordar un tema que incide especialmente en la actualidad y la salud de clubes como el rojiblanco, el de los inversores o dueños extranjeros. «Hay casos que no han salido bien y otros que sí. No hay que estigmatizarlo. Creo que es una buena noticia tener una industria tan madura y que genera tanta confianza que atrae al inversor internacional. Pero es importante también esa mano izquierda por parte del inversor de saber la idiosincrasia social del club, esa afinidad con la ciudad y saber convivir», aportó.

A la hora de hacer una exposición del estado de LaLiga, empezó por el pasado, muy condicionado por el covid. Mayo analizó cómo se repuso la patronal del parón futbolístico. «Fue tremendamente complicado, se paró todo y no sabíamos cuándo iba a volver. Hablábamos con el Gobierno, con los clubes, los jugadores, los patrocinadores... Las televisiones llamaban diciendo que qué iba a pasar, que habían pagado. Desde el primer momento nuestra obsesión fue la vuelta segura a la competición. Y no solo por el dinero que genera para nosotros o los clubes, sino todo el ecosistema de empresas y empleados que están alrededor del fútbol profesional», recordó.

«Había que gestionar un protocolo y ponerlo en marcha de cero. Lo primero fue apoyar a los clubes en sus reuniones con los jugadores para la reducción de salarios. Luego enfocarnos en la vuelta a los entrenamientos, que fuese segura y que hubiese un gran flujo de información con todos los clubes, hacer un mapeado certero si se conocía un positivo...», siguió comentando Mayo, que quiso compartir una anécdota del día en que se oficializó la vuelta a la competición. «Fue un momento muy complicado porque dos horas antes salió Macron a decir que la liga francesa no iba a terminar. Se generaron algunas dudas de si se hacía lo correcto», confesó. Luego llegó de nuevo el fútbol, no sin complicaciones. «Centralizamos los viajes, vuelos chárter, hoteles burbuja que se abrían solo para los clubes...», enumeró.

Pero si complicadas fueron aquellas jornadas para acabar la temporada 2019-20, más complicada fue la 20-21 según el ejecutivo de LaLiga. «Hubo que gestionarla con una incidencia del virus mayor, los estadios sin público desde el principio, aunque hubo ahí un trabajo audiovisual pero no era lo mismo. Los clubes perdieron ingresos y tuvimos que ajustar la contratación de jugadores. Fue un año complicado», aseveró.

Entrando en el capítulo económico, mostró el impacto con transparencia. «Los clubes se vieron muy impactados por el covid, pero este año vamos a tener unos ingresos similares o incluso mayores con respecto a antes de la pandemia. El fútbol español ha sufrido unos 2.000 millones de euros de reducción de ingresos. Mil en ajustes de gastos, aunque los clubes fueron muy responsables también por el control financiero de LaLiga. 300 'kilos' los tenían en caja los clubes y el resto, unos 700, se refinanció. Eso da muestra de la confianza que tiene LaLiga generada con los bancos y financieras», quiso valorar Mayo, que comparó la situación española con el resto de Europa. «Somos una de las competiciones que menos ha perdido, y eso que hemos tenido al Barça, que ha sido el que ha concentrado la mayor parte de pérdida».

Otro de los capítulos de pérdida ha sido la nueva ley que apartó del fútbol la publicidad de las casas de apuestas. «Ha tenido un impacto negativo, perdiendo unos 90 millones que estaban entrando. Llegó en el peor momento, postcovid. Pero somos un vehículo de influencia y teníamos que cuidar ese tema, aunque creo que no se ha abordado el problema directamente y habría optado más por potenciar la educación de los jóvenes con respecto al juego», opinó al respecte.

Volviendo al presente, Óscar Mayo apuntó que «2021 era un año muy importante para LaLiga marcado por ese proyecto con CVC y la venta de derechos nacionales». «LaLiga, como competición, cuenta unos 3.500 o 4.000 millones de euros. Lo que es como organización y derechos audiovisuales, estamos en torno a los 2.300 millones, de los cuales el 58% pertenecen al mercado nacional», precisó el director general de LaLiga para enfocar la renovación de los derechos televisivos.

«Veníamos de un contexto mundial complicado en el que se nos decía que el precio de los derechos audiovisuales tenía que bajar. Sin embargo, hemos cerrado el acuerdo de renovación del ciclo de cinco años con Movistar y Dazn subiendo un 3% lo que nos va a dar mucha estabilidad para seguir creciendo», apuntó, matizando que «en derechos audiovisuales internacionales sí se ha crecido en torno al 10-12%».

En el punto de más rabiosa actualidad, Mayo quiso detenerse y explicar bien la operación con CVC. «Metemos a un socio que comparte también riesgos con nosotros. Si LaLiga va bien, el 92% de dividendos es para nosotros y el 8% para CVC, tanto si suben como si bajan. Pocas operaciones en España, salvo en el sector tecnológico, se han cerrado así en los últimos diez años», reflejó para conceder que «mediáticamente es una operación complicada por la idiosincrasia de LaLiga, con agentes con sus propios intereses, como el Real Madrid con el interés de crear su Superliga».

La valoración (más de 24.000 millones) respondió a las expectativas optimistas de LaLiga. «Somos una marca fuerte y hay que ponerla en valor. Si la comparamos con la que el propio CVC iba a hacer en Italia, que no salió porque la Juve se dio la vuelta, la última tasación fue 16.000 millones. El gobierno francés quiere hacer una operación similar ahora para su liga, impulsada por el propio gobierno, y se está hablando de 12.000 millones. Estamos muy satisfechos y orgullosos», recalcó Mayo.

Con respecto a las dudas del Real Madrid en este acuerdo, el director general apuntó directamente a la Superliga. «Tener una liga aquí fuerte y que crezca se la complica. Pero vimos cómo no consiguieron convencer a ningún otro club (de que se tirara la operación con CVC) y en esos clubes hay gente muy preparada. Está la familia Roig, con una de las principales empresas de este país; el Atlético con Gil Marín, uno de los CEO más grandes de la industria del deporte; el presidente del Espanyol, con una de las bolsas más cotizadas de Shangai. No son ignorantes y saben lo que se hacen», despeja la voz de LaLiga que quiso precisar que el dinero de CVC no es un rescate. «Lo sería si lo usásemos para devolver deuda, pero es un dinero medido y controlado para reforzar las estructuras (plantillas y equipos) e infraestructuras (estadios, ciudades deportivas, tecnologías, marca digital e internacionalización)».

Una de las mayores preocupaciones de LaLiga es sembrar en las generaciones más jóvenes un apego por el fútbol en un momento en el que la oferta de entretenimiento es infinita. «Sí se consume mucho fútbol, pero de una forma muy diferente y más intensa. Antes el fútbol era un producto de fin de semana y ahora está el consumo en web digitales, en videojuegos, en ligas 'fantasy' y en los e-Sports, que nos ayudan a acercar a esa generación nuestro producto», sostuvo Mayo, quien no escondió que LaLiga quiere «cuidar ese vínculo para que cuando esos jóvenes tengan poder adquisitivo».

Un punto muy interesante de la charla fue la comparación con otras ligas europeas. Se aceptó la inferioridad en el mercado local con respecto a la Premier League, pero se incidió en el crecimiento de LaLiga cuando Bundesliga o Serie A están bajando muchísimo en facturación. «En el mercado internacinoal estamos creciendo a doble dígito, Bundesliga pierde casi el 50% (de 300 a 150 millones) cuando LaLiga está en 900 millones facturados y Serie A está en 185», apostilló.

Lo que sí se quiso destacar es que gran parte de lo conseguido es producto del control económico de LaLiga. «Hace siete años había más de 25 clubes en suspensión de pagos, se debían 650 millones de euros a Hacienda, había cien jugadores como poco sin ser pagados cada año... Eso ya es pasado, los clubes están haciendo nuevos estadios, no hay jugadores impagados y sí creo que necesitamos sin duda un control económico similar en todas las ligas europeas para que haya un fair play en la competición. Hay casos en ligas extranjeras que dan vergüenza ajena», apuntó con destino a los llamados clubes-estado. «Una liga es interesante cuando los equipos son competitivos, cuando el Atlético viene a Granada y pierde, el Madrid va a Cádiz y pierde. No hay ligas de 100 puntos y hay emoción», esgrimió.