Opinión Granada CF

Cantera: cruel realidad

Poco a poco van llegando nuevos jugadores. Confiamos en el técnico, en su conocimiento de la categoría. Sus números están ahí, y no solo eso; en un mes se ganó el respeto y confianza de todos por méritos propios. Pero hay ciertos detalles que a los seguidores de ciertos jugadores del Granada de pura cepa no nos dejan indiferentes.

Un ejemplo de ello es el caso de Juanma Lendínez, capitán del filial en las ultimas temporadas, ascenso incluido, y en dinámica del primer equipo desde entonces. Centrocampista criado en la cantera desde cadetes, ha ido quemando etapas, de forma lógica y coherente, como debe ser. Había empezado a ser un habitual en convocatorias, disfrutando incluso de minutos en ciertos encuentros. Con un evidente sentido de pertenencia y con una progresión cocinada a fuego lento. Todo hacía indicar que, con permiso de Rodelas, sería uno de los baluartes de la casa del nuevo proyecto. El tema de su renovación estaba enquistado desde hace meses, se habló, pero nunca terminó de cerrarse. Pues bien, aunque le queda un año mas de contrato, ha sido instado a buscar equipo, sin posibilidad siquiera de hacer pretemporada.

Evidentemente, no se trata de rescindir un contrato por motivos económicos. Si la razón es deportiva, chirría, pero es respetable. Pero yendo más allá, la pregunta sería la siguiente: ¿qué mensaje se lanza a la cantera? Si el baluarte de la misma en los últimos años ve acabar así su periplo en el equipo nazarí debemos hacer un ejercicio de reflexión acerca de la finalidad, el por qué y el para qué, de la cantera del Granada. Reflexionemos pues.