Una mano de oro de Rui Silva ante sus tentadores
El portero luso detuvo a Paco Alcácer su tercer penalti en la temporada, aunque antes encajó el de Moi Gómez
En su comparecencia de prensa previa al partido, y entre otros muchos elogios al Granada, Unai Emery alabó la «competitividad» del conjunto nazarí para «mantenerse ... sin vender con facilidad ni alegría a ciertos jugadores de nivel que se están consagrando». «Como al portero», ejemplificó, sin nombrarlo. Se refería, como quien no quiere la cosa, a Rui Silva; un guardameta al que deseó en verano y por el que el Villarreal llegó a poner siete millones de euros sobre la mesa, sin éxito. Fue la mayor tentativa en firme por el luso en el pasado mercado de fichajes, por más equipos que se interesasen por él. Sin embargo, Rui Silva siguió en el Granada aun sin renovar su contrato, que expirará el próximo 30 de junio.
Publicidad
El club decidió que prefería quedarse con él esta temporada, aunque saliese a coste 'cero' luego, a malvenderlo con un 20% del traspaso para el Nacional de Madeira del que se le firmó por un millón y medio en enero de 2017. Rui Silva volvió a fundamentar esta postura en el Estadio de la Cerámica con una nueva actuación decisiva frente a sus tentadores. Sacó un brazo izquierdo de oro a Paco Alcácer, cumplidos los noventa minutos de juego, con el que detuvo su tercer penalti en lo que va de curso en Liga de cuatro que le han lanzado, una cifra que ningún otro guardameta ha alcanzado esta campaña.
Con esa parada, Rui Silva se situó también como el portero que más lanzamientos fatídicos ha conseguido repeler en toda la historia del Granada en Primera. El de Paco Alcácer se unió a los de Edu Expósito en Ipurua –aunque Bryan Gil convirtió el rechace- y Saúl Ñíguez en el Wanda Metropolitano esta temporada así como al de Miguel Ángel Guerrero la campaña pasada en Butarque. Este último fue el único que sirvió para, como ante el Villarreal, rascar un punto de un encuentro a domicilio de los rojiblancos.
El portugués adivinó la trayectoria y mantuvo firme su brazo ante el latigazo del ariete valenciano, que regresaba a la competición tras mes y medio lesionado. Una intervención de mucho mérito que permitió que el Granada regresase del Estadio de la Cerámica con un punto en su bolsillo que le permitió superar la mejor primera vuelta en Liga de su historia, la del curso anterior, y que mitigó un mosqueo de mil demonios con el VAR y la decisión final del colegiado Pizarro Gómez. Media hora antes, Rui Silva no pudo evitar otro lanzamiento polémico de Moi Gómez, centrado, ante el que no reaccionó a tiempo. Es el primer penalti que encaja esta temporada. Por lo demás, tampoco fue una tarde con demasiado trabajo para el luso.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión