El Granada reparte sus poderes
Granada - Alavés ·
El centro del campo rojiblanco ha tardado nueve días solamente en exhibir sus muchas virtudes y ajustar a Milla, su nueva piezaMartes, 22 de septiembre 2020, 01:17
El Granada consiguió este domingo la tercera victoria consecutiva de esta temporada. Un tres de tres en partidos oficiales que hace olvidar aquella gris pretemporada ... y demuestra que los rojiblancos van a seguir siendo ese equipo reconocible que tiene tres principios básicos: competir en cualquier escenario y ante cualquier rival; sumar experiencias y hombres a la causa; y seguir persistiendo, se den rachas a favor o soplen malos vientos. Creer es innegociable.
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No es nuevo para los aficionados rojiblancos, que pueden 'culpar' de tan tremendo éxito a Diego Martínez sin temor a equivocarse. Ante el Alavés, volvió a hilar fino para imponerse a los cambios de dibujo de Pablo Machín. El gallego, atento a lo que ocurría en el verde, volvió a dar en la tecla al meter a Montoro en el terreno de juego, modificar la altura de Milla y terminar de encerrar a Joselu en esa jaula que fue la espalda de Maxime Gonalons.
Y es que esa es otra de las claves en este inicio fulgurante del Granada. La profundidad y competitividad de los rojiblancos no es valor aplicado sólo a los partidos, aunque sea ahí cuando luce y da puntos. El afán competitivo de este equipo nace en el día a día, en los entrenamientos y en la confección de una plantilla renovada y ampliada en número, pero también en posibilidades. Con tres competiciones en juego, nadie se descolgará, todos persiguen su mejor versión.
Esto es fácilmente identificable en el centro del campo. Retocada con un inconmensurable Luis Milla, la medular es una constelación de talentos nunca antes vista en Los Cármenes y posibilita el uso de varios dibujos sin que se resientan la continuidad e intensidad.
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El ejemplo, estos primeros duelos. Ante el Athletic, Montoro dirigió con Milla y Yangel ejerciendo de percutores. Lo mismo ocurrió en Durrës, con Gonalons entrando por el recién llegado. El giro de guion fue mutar de nuevo ante el Alavés, recuperando al madrileño y manteniendo al francés.
Y todo funciona porque cada 'pelotero' asume su papel y lo ejecuta con maestría. En la sala de máquinas del Granada, desde donde se gobierna la nave rojiblanca, se ha procedido a una separación de poderes que está optimizando al 'camaleón'.
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Sin ser el mismo perfil de futbolista, Milla y Montoro, la doble 'M', asumen el poder legislativo. Comparten ese mismo léxico futbolístico inabarcable. Se adaptan al encuentro y lo hacen suyo reescribiendo las leyes del juego. El valenciano lo hace con las del tiempo, domando el ritmo del partido, dando aire con desplazamientos en largo, sabiendo un segundo antes dónde está la presión y dónde la mejor salida.
El joven, por su parte, reescribe las del espacio. Basta con ver su mapa de calor. Aparece por todo el campo, imposible de ubicar dos acciones seguidas en el mismo rincón. Ni defensivo, ni ofensivo. Expansivo y total.
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Recae en Gonalons el poder judicial, pues hace cumplir las leyes que el '19' y el '5' van dictando. Su experiencia le otorga la responsabilidad de evitar que prosperen las ofensivas rivales. Sin toga ni mazo, con perspicacia y guante blanco, el fino comandante galo dicta sentencia.
Pero quienes deben ejecutar el plan son los de arriba, a los que este año se une un Yangel Herrera desatado. Con tres goles en otros tantos partidos, es el venezolano quien está aplicando la superioridad rojiblanca apareciendo en el área. Y el domingo estuvo a punto de anotar otro. Aún así, no se olvida de dirigir ni de cortar. Porque aunque separen sus tareas, todos son uno.
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