La necesaria hoja de ruta para el Granada
La plazoleta ·
El partido con los 'diablos rojos' será un escaparate para el equipo y un punto de inflexión para el clubLa pregunta ya no es solo si Diego Martínez seguirá o no en el Granada, sino qué modelo de club espera. Este es un ... aspecto controvertido. Hay equipos cuya esencia está basada en las ideas, como trata de preservar el Barça con una manera de jugar u otras entidades con una apuesta por la cantera, pero en general son las personas al mando las que definen una política a seguir. El epicentro del poder varía. Puede estar en el despacho presidencial, en el de algún ejecutivo o en el propio vestuario. A nadie se le escapa que en el seno rojiblanco irradia una influencia determinante su entrenador y que ha sido a partir de la coordinación con la dirección general y deportiva como se ha formulado esta obra para la posteridad. Entre ellos habrá momentos para el abrazo y la tensión, pero no cabe duda de que juntos han influido en la creación del mejor Granada de la historia.
Todo esto está alterado y no contribuye la indecisión de Diego Martínez, que es entendible. Aunque en torno a la plantilla exista una burbuja que repele estas cuestiones y sus miembros parezcan centrados en rendir, en algún momento tocará mover fichas en el tablero de la temporada que viene. El partido con el Manchester United supone un enorme impacto para la marca 'Granada' y un escaparate de categoría para sus jugadores y el propio míster. Si su trabajo ya había llamado la atención en el Reino Unido, ahora ya tendrá los focos encima. Una proeza con los 'diablos rojos' dispararía su cotización. No solo saldrá a la luz el interés concreto del Valencia.
El momento álgido del Granada, en plena celebración de su 90 aniversario, será también un punto de inflexión. Pasar ante el coloso inglés supondría seguir esta maravillosa estela; caer pondrá en primera línea el debate. Ponerse en los zapatos de Diego Martínez con frialdad, aparcando las pasiones del hincha, incita a declinar la renovación. Saber irse en lo alto, sin resentimientos ni sensación de alargue, parece un síntoma de sabiduría. Costará muchísimo mejorar lo conseguido, hay posiciones a reforzar, alguna venta probable y se cuenta con veteranos que irán perdiendo protagonismo. Vienen decisiones complejas y una comparativa que soportar. Es osado asumir este desgaste. En Granada, el reconocimiento lo tiene. Se le puede ofrecer plenos poderes y un contrato estratosférico, pero para convencerlo faltaría lo fundamental.
El club tiene que concretar su plan. Todos recuerdan aquellos dos sextos puestos no consecutivos del Granada de los 70. Lo que no se trae tanto a la palestra es que la campaña siguiente al último éxito, el equipo se quedó igualado con el descenso. En la siguiente, se precipitó al vacío. Tardó 35 años en volver a Primera. Para evitar un descalabro toca proyectar lo que venga, con independencia de la opción de Diego Martínez, que se ha ganado el derecho a decidir. Ha de cobrar fuerza lo estructural sobre lo coyuntural. Una hoja de ruta a la que agarrarse ante las lógicas dudas humanas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión